domingo, 18 de marzo de 2012

Por la plaza

La campaña

Eso le llaman al espacio de tiempo en el que todo aquel que le viene el síndrome de María Cristina, se pasea de plaza en plaza, pues no tiene otra cosa que hacer mas que en una oposición de vértigo, esperar que con sus repetitivas charlas, la papeleta que salga sea la que le conceda los oyentes, y la remuneración generosa le alcance por otros cuatro años.
La lucha es encarnizada, acaso mas por lo difícil que se ha puesto la cosa, que por ocupar la plaza. ¿donde ir entonces?
A propósito de plaza, que nada tiene que ver con la campaña, (mas propia de las tareas agrícolas), pues resulta que en esta como en las anteriores, municipales y nacionales, las plazas dejaron de tener interés para todos estos que manifiestan sus deseos de servicio, ya que apenas se les ven por estos populosos lugares, en otros tiempo llenos de algarabías, como para dejar todos los bolígrafos y llaveros del merchandising de la campaña, y ahora, deserticos y solitarios, dejó de ser lugar donde encontrar ese voto en el que le van los sueldos.
En la prensa, dos líneas acerca de la visita de un candidato al mercado, pura anécdota, y en cuatro palabras resalta que para nada se paró en la carnicería. ¡Faltaria mas!
Por lo coincidente con anteriores momentos, debe de ocurrir que los estudiosos de las estrategias de las campañas consideran a las carnicerías de las plazas de abastos como un lugar a evitar, donde aparte de no ganarse votos, puede incluso ocurrir que se pierdan, pero el caso es que por la Encarnación de mis canas, antes de mis carnes, como nunca llegaron, están aun por venir, pero visto el panorama, se me hace difícil que tenga lugar ninguna visita a la carniceria.
La verdad es que ni las campañas son como las de antes, ni en las plazas municipales están para darse un baños de multitud, pero lo mismo si alguno se acercara por la carnicería, además de mostrarle el lugar para la puerta, lo del rotulo inexistente, le comentaría lo del aparcamiento, y acaso, lo de las luces, pero no le dejaría ir, a ninguno de los aspirantes a servidores públicos, sin hacerle la pregunta sobre todas las “encarnaciones” que tiene esta ciudad, y conocer las respuestas en vivo y en directo, pues la mayoría de ellas se encuentran en abandono político, y sin que se le pongan soluciones, como por ejemplo Pumarejo, que en lugar de emplear el dinero para reparar la cubierta, las respuestas fueron técnicas por indicaciones de gobierno y multiplicaron los problemas. A este paso difícil será que ningún elegible encuentre un lugar seguro para hacer la campaña que le abra las puertas a la gobernanza, activa o pasiva según resulte, y puedan ejercer la gobernabilidad, según resulte, en mayoría, en alianza, en oposición, a ser posible con criterios de vecindad y buenas costumbres, que de otra manera tendremos que volver a los tiempos de los llaveros, aunque hemos quedado que la puerta tiene que ser automática.
Sevilla a 18 de Marzo de 2012
Francisco Rodriguez Estevez

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