viernes, 2 de marzo de 2012

ocupacion, preocupacion, Encarnacion

En la ocupación

Nada que ver. Entre las ruinas de la vieja casona, en el espacio creado al efecto, donde los enormes puntales sujetan las cabezas de las deterioradas vigas de madera, se habilitan un centenar de sillas de todos los tamaños, colores, y materiales para acomodar a los espectadores que posiblemente aparezcan para participar de la charla coloquio sobre lo de la Encarnación. “Ni metro en el metropol, ni parasol”.
Me parecía imposible, casi tanto o mas imposible que a la consultora internacional realizar el proyecto con la madera, que aquello se estuviera llenando de publico. Ni se lo pueden imaginar como era aquello, prácticamente un derribo, si acaso la peor de cuantas ocupaciones he visitado, atraído por las singulares actividades que en estos lugares llevan a cabo gente tan dispar que nunca sabes con quien puedes estar hablando.
El acto preparado al efecto por dos experto en el tema, dos profesores de la Universidad, que tienen trabajos realizados al respecto, es documentado con amplia profusión de fotos de distintos momentos de esta historia de lo de la Encarnación. La estancia esta a rebozar.
En las identificaciones para las intervenciones abundan los arquitectos, seguidos de los profesores de historia, geógrafos, y algún que otro alumno de los ponentes. Evidentemente soy la sorpresa, y no solo por la edad, por cuanto duplico en edad a la mayoría de los asistentes. Mis intervenciones les descolocan, por cuanto la teórica nada tiene que ver con la vivencia, y en esa de la Encarnación obtuve mi cátedra.
Cierto es que me tome un protagonismo que no me correspondía, pero en cuanto se habla de lo de la Encarnación, es algo que no puedo evitar.
Cuando terminó aquello, vinieron a felicitarme una veintena de personas, lo que me hace suponer que compartieron mi opinión al respecto.
Mientra esperaba el autobús para volver a casa caí en la cuenta de cuantas cosas importantes se quedaron sin explicar, y es que en lo de la Encarnación también casi todo es inexplicable. Una vez acomodado en el asiento de un autobús vacío, recordé que en cierta ocasión no hace mucho se me ocurrió que debería de ponerme en contacto con el famoso “performantista” Christos, con la idea de que para darle sentido al uso que se puede generar en un espacio tan duro y vacío como la plaza de la mayor indignación, aparte de azotea botellodromo, pues que este utilizara sus artes “envolventes” e hiciera de aquello un paquete.
Por otro lado acaso la desnudez de la plaza invitara mas a contactar con Spencer Tunick, y una vez puesta, naturalmente en pelotas, a toda la indignación, colgar en yotube los resultados, para que esta ciudad de las gracias, gracias a lo de la Encarnación, vuelva a estar en el listado de ciudades con alto nivel de mamarrachos por metro cuadrado, y no les digo nada en cuanto se acabe la torre, con los miles de puestos de trabajo que va a generar, y el acuario terminado para mayor atractivo turístico, y que les digo de las Reales Atarazanas, y de las irreales cuentas que se hicieron en todo, que mas que fondo de reptiles, el fondo que había era el de las arcas vacías, pues lo de la Encarnación se trago todo el fondo que para otras actuaciones aportó la patronal de la construcción.
En la ocupación, la preocupación estaba en todas la Encarnaciones que les aguarda a esta callada ciudad, mariana y leal, invicta y noble, y que por todo lo aprendido ninguna debe de acabar siendo enajenada ni por un solo minuto. La próxima cita será Casa de Pumarejo, allí estaremos, en la ocupación.
Sevilla a 2 de marzo de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: