Poder, no es querer

En la noche

En ocasiones me lleva varios días alguna idea rondando la cabeza. Dicen que llegando a ciertos años empieza a ser bueno tener las neuronas activas, pero nadie dice cuanto.
Que las preocupaciones no son buenas, es algo sabido, pero si estas no te crean perjuicio lo mismo no son tan malas, y todo lo mas te quite horas de sueño si te las llevas a la cama.
La cama se dice que principalmente es para el descanso, pero para eso la cabeza tiene que dejar lo que preocupa fuera del dormitorio, cosa que siempre resulta harto difícil.
Por suerte aun siendo importante los asuntos que agolpo en el pensamiento ninguno por el momento es vital, cierto que los que atañen al peculio particular tiene momentos dramáticos.
En otros acaso por su naturaleza estíptica, aprietan, pero por el momento no ahogan, aunque la noche se pase en blanco sin encontrar la solución, que generalmente se diluye con el paso del tiempo.
En la cabeza me ronda desde hace tiempo lo del Pumarejo, si acaso es algo que se me ha alojado en el córtex, tal como un okupa buscando razones para quedarse mientras las neuronas, mas nerviosas que las vecinas, hacen lo que pueden para que aquello acabe cuando menos sin sustos.
El caso es que hay que encontrar ideas, para impedir que poder y dinero, necedad y ambición, vuelvan a aliarse, y no es fácil desconectar imaginando las actitudes de quienes en su afán de hacer algo solo hacen daño.
Pumarejo evidentemente no solo es una cuestión de dinero, ni tampoco es tanto lo que hay que echarle, y a cambio, con la propuesta vecinal, no solo se generara un mayor patrimonio, tanto inmueble, como cultural, cívico, y si me apuran económico, con tan solo dejarse de inventos y sustos, para de una vez por todas apoyar las estudiadas iniciativas, que por la experiencia de muchos años, ya elaboraron desde dentro de la casa grande (de Pumarejo) sus viejos residentes, pero son los nuevos ocupantes de la casa grande (de San Francisco ) los que quieren inventar no se sabe que, un protagonismo si acaso por aquello de que ahora son ellos, al igual que los otros, los que tienen el poder y el dinero, posiblemente también como los otros, la necedad y la ambición, pero lógicamente, como los otros, no tiene buenas ideas.
Es algo tan preocupante, que solo pensarlo ya hace vueltas en la cabeza, y acaso esta noche me vuelva a costar coger el sueño.
Sevilla a 7 de Marzo de 2012
Francisco Rodríguez Estévez