lunes, 3 de octubre de 2011

mañana y tarde

Mañana, fue ayer

Nada, hoy no sucedió lo que se esperaba ayer, es mas no pasó nada de todo lo que se había previsto. Mañana era ayer, hoy no fue nada, y mañana que no puede ser ni hoy, ni ayer, lo mismo es el día en el que todo acontezca.
Tres citas de apretada agenda, cuatro eran en total los compromisos y los acontecimientos se dieron para que fueron otros los que sustituyeron a los previstos.
No vino la maquinaria adquirida, que según hoja de pedidos debería de estar colocada a prueba de funcionamiento a primera hora, a ser posible antes de la diez. Atender los pedidos, y al mismo tiempo buscar el lugar apropiado con las nuevas medidas para que quedara definitivamente colocada la pieza, que con un peso de 90 kilos no es cuestión de ir probando. Pasaron las diez y las once, y las doce, hora del Ángelus en la que estaba prevista la visita anunciada, pero todo hacia indicar que la agenda del emisario era mas apretada. Mientras la entrevista con los proveedores se realiza por teléfono, y la gestión de banco se pospone. Al menos la mañana estuvo distraída con el zafarrancho de limpieza, y la preocupación se fue desvaneciendo.
La invitación al almuerzo completó de improviso con el ciclo de previsiones, solo que en el restaurante, pude saludar a las tres visitas concertadas, ni que decir tienen que acepte las disculpas, pero creo que hubiera bastado una llamada telefónica.
Mañana, tal como fue hoy y era ayer, mañana, si quieren venir que vengan.
Por la tarde la reunión. Desde hacia varias semanas estaba convocada, y me tocaba llevar el presupuesto para la manifestación, que en este caso dependerá de el numero de manifestantes, cosa que se tiene que confirmar al final de la Asamblea.
Cansado de la tensión del día, en la que también quedó suspendida la grabación del documental, no tenia excusas para negarme a la entrevista del antropólogo norteamericano que cursa en la Universidad Pablo de Olavide, para un trabajo sobre mercados de abastos, pero el tiempo se me hacia corto.
Al llegar a casa, para disponerme casi de inmediato para asistir a la reunión, abro el ordenador y entro en el correo, “aplazada reunión de hoy para pasado mañana”.
Hoy estaba previsto que, desde ayer, cuando era mañana, tendría lugar todo lo que no ha sucedido, y lo mismo ni mañana, ni pasado mañana cuando se celebre la reunión. En otro correo me avisa que en la radio hablaran de la torre de cajasol, y la plataforma TUMBALA, recordara la ilegalidades de la megafalica estructura que contamina el paisaje de esta ciudad, y entonces me acordé de el articulo 9.4.2 del PLAN GENERAL DE SEVILLA, ese que se saltaron como les vino en gana, como la sostenibilidad, como las puertas automáticas para los discapacitados, al igual que las fotovoltaica y la Ley FERAEE, así como la Ley de Patrimonio de Andalucía, y como el vigente Reglamento de Mercados. Mañana, será otro día.
Sevilla a 3 de Octubre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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