domingo, 9 de octubre de 2011

Cuestion de ganas

Silencio

Con todo lo que aun queda por decir, después de cuanto se ha dicho, sobre lo de la Encarnación, que al igual que a la callada mariana con su voto de silencio, este nos acecha como una sombra de la epatante cubierta para oscurecer con su cuadriculado manto cualquier razonamiento.
Lo que viene a significar que todo lo que se ha escrito, se escriba, o se deje de escribir, importa un pimiento frito.
No tiene explicación nada de cuanto allí se ha realizado, pero a ver quien, aparte del tiempo, lo cambia, como se cambió de adjudicatario, partiendo del concurso para eliminar al anterior.
Como encontrar respuesta donde no hay pregunta, si la propuesta ganadora del concurso no solo triplicó en tiempo de construcción previsto, si no que también por las previstas imprevisiones, cuadriplicó los costo de oferta, y como pueden comprobar, ni los propios concursantes que fueron eliminados con el viejo truco de una estrategia a la baja, imposible de realizar, se les ha oído la mas minima protesta.
En el síndrome del silencio permanecen sumerjida las partes técnicas de un proyecto premiado por una sostenibilidad inexistente. En la crisis del silencio permanente, aun se encuentra un Jurado internacional, y de prestigio, que premió algo bastante distinto a lo que ha resultado.
Es el juego de palabras gestuales encontramos el mimo, aquello que el Doctor Sánchez demandaba para los pobrecitos placeros que llevan más de treinta años allí metidos, y a los que hay que devolverles con generosidad la dignidad que perdieron con el franquismo. (Ahí queda eso)
Palabras sin hablar, como carteles que se hacen gritos para reclamar el sentido común inexistente, como una puerta, por la que este pueda entrar y salir a sus anchas.
Suprimida la magnifica estación “Metropol”, para un metro inexistente como una puerta de acceso y evacuación del centro, llamado a ser intercambiador modal de las comunicaciones,(toma ya) Eliminada la parada prevista para el metro-centro, fantasmal puerta de Poniente a Oriente por imposible trazado, y puerta imposible de Osario a Campana, ni por arriba, ni por abajo, al “metropol” de metros silenciados,(falta lo de la sinérgia) y olvidado el aparcamiento perimetral, suspendido el acceso al P-6, y alterando las alineaciones medievales, puerta y puerto, estación, plaza, mercado y aeropuerto, aun el silencio se hace mas denso que casi se puede oír, dentro del llamado mercado(tambien conocido como locomotora del sector) con sus aleatorias puertas por pares, que las hacen mas inútiles cuando menos a la mitad inutilizadas en el uso.
Pero no es el silencio, es la evidencia que se hace sorda cuando puede comprobar que como dice el cartel de las risas, que no es grito, en la inexistente puerta, que no es entrada ni salida, que es buscada siendo nada, llena sus palabras escritas de razón, para dársela a cuantos caminan sin encontrarla par meterse en la barreduela de crista en la que como no se instale la venturosa Diosa, lo empezará a hacer la desgraciada indigencia. Y con la sonrisa de una guasa, todos continúan su camino, pues “Efectivamente aquí falta la puerta que usted está buscando” se ha dejado sentir, pero ahora solo falta que al adjudicatario le venga la gana, pues según cuentan por ahora pierde, ¡Lo que hay que oír!
Sevilla 9 de octubre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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