domingo, 16 de octubre de 2011

Idignados en la Encarnacion

La azotea

Bajo la cubierta de conglomerado de pino recubierto de plástico, los indignados hacen bandera en su sombra para que aquel espacio privatizado vuelva a ser publico, aunque solo sea por el tiempo de la ocupación.
Con la escalinata al completo, a puro grito de la multitud sentada, y lanzando a los vientos las consignas de rigor, bajo la bóveda de la azotea, nuevamente convertida en la plaza de la mayor indignación, dan por finalizado el acto.
Dicen los que cuentan las cuentas que solo quince mil hubieron. Pocos me parecen a tenor de lo visto y lo vivido, con una multitud que abarcaba algo mas de un kilómetro, (pelin menos que el recorrido inicial del metro-centro), distancia existente entre la plaza Nueva y la puerta de la Universidad, lugar desde el que desplegando la pancarta llegaría hasta lo de la Encarnación, plaza donde la mayor indignación sea, que a pesar de todo lo que se reclama, en esta no se levante un solo grito de lo que se ha llevado estas setas, a la que han convertido para potenciarla en lugar de veneración de los indignados, cuando es verdaderamente indignante estar en ese lugar y desconocer la actuación que allí se ha tenido, y de gran indignación como `poco, al conocer el gasto, y la mala gestión llevada a cabo visto lo que finalmente allí se ha realizado.
En las escalinatas los últimos gritos de la noche hacen presuponer que las resecas gargantas de tan poco pan para tantos chorizos, acabaran refrescándose en el primer bar para dar cuenta de la jornada de luchas que como todas las luchas, aquí se acaba con unas cervecitas.
Poco a poco se abandona la plaza de la mayor indignación, todos los participantes están satisfechos, no nos representan, que no, aun resuena.
Mientras el 90% de los ciudadanos, después de refrescarse tras la siesta se disponen a sus actividades de ocio, y lo mismo están viendo el partido de futbol, que una película, o se disponen a pasear, o quien dice a sentarse en algunos de los cien mil bares existentes, si es que consiguen mesa.
Llegada la 10 de la noche, frente al Palacio, en Umbrete, la caña de cerveza nos hace revivir los mejores momentos de la jornada. Tenemos la solución, pero solo el 10% lo sabe, y por lo que se pudo ver, al resto no le interesa, y eso es problema de ellos. Llega una nueva remesa de cerveza. Otro día os contaré como va lo de la puerta.
Sevilla a 16 de octubre de 2011
Francisco Rodríguez

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