domingo, 8 de mayo de 2011

Travesia Central

Efectivamente

Mucha gente, pero no tantas. Efectivamente cuando la información que aparece en los medios no es cotejada, y esta se limita al comunicado “gooebelsiano” que normalmente se hace en estos casos, la desinformación es evidente.
Desde mi privilegiado observatorio tengo permanentemente la oportunidad de ver cuantas personas circundan por lo de las setas, y resulta que, o el que las cuentas no sabe, o las bullas me cogieron mirando para otro lado.
Estos numeros serian de poca importancia, ya que los importantes estan por saberse, y la relevancia del numero de visitantes solo puede tener la que se le quiera dar, pero cuanto mejor no sería, que se fuera cuando menos riguroso en el recuento, y no hacer una estimación cosa que siempre puede ser cuestionada por la apreciación.
De todas maneras poco afecta estas multitudinarias visitas preconizadas ex profeso para las ruinas de la Encarnación, cuando en la plaza de abastos la ausencia se hace patente y la soledad hace presagiar que nunca tendrá el esplendor de las que se muestran en los sótanos. Cierto es que la visita puede apreciarse un circuito excelentemente diseñado para exponer los mosaicos, incluso en otro sitio de donde fueron encontrados; que la iluminación esta perfectamente estudiada por expertos; y las puertas situadas estratégicamente, junto con la utilización de los distintos ascensores facilitan a los visitantes la entrada al recinto.
Nada tiene que ver con lo actuado en la plaza de abastos, que ni por asomo tiene rango de “emblemático lugar”. El viario realizado aleatoriamente, sin simetria ni ordenacion, se diría caprichoso, o a lo que salga. Sin estudio previo para optimizar comercialmente la aplicación del recorrido, con una podredumbre de luz, que choca con la que del exterior penetra de forma natural tras lo cristales que actúan como espejos, de tal suerte que el interior se hace invisible, con un descomunal revestimiento del bosque de columnas que incomprensiblemente no fueron integradas en los puestos para que las calle se mostraran diáfanas, y efectivamente, tal como aparece el cartel reivindicativo que elaboro a diario para que pueda ser leído, no por elevado numero de visitantes del comunicado, si no por las decenas que a diario buscan una puerta natural donde no existe. Efectivamente, parece ser que si la Diosa Ceres retorna a la Encarnación, las columnatas de formica se reducen, se potencia la luz artificial en el viario ya que su modificación resultaría costosa, pero a la larga muy barata, es evidente, que la puerta en la travesía central es algo que no se tiene mas remedio que abrir, cuando menos para que la mitad de los visitantes de “metropol” nivel uno,(ruinas) tres,(azotea) cuatro, (restaurant) y cinco, (vista panorámica), puedan acceder al nivel dos(plaza de abastos) a nada que bajen la escalera de la Venera.
Sevilla a 8 de Mayo de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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