jueves, 30 de diciembre de 2010

Resistir,no es renovarse,

Intuición

No tenia datos, ni razonamiento calculado, solo la intuición me llevó, hace cinco años, a apostar hasta lo que no tenia, de que lo de la Encarnación llegaría sin acabarse hasta las elecciones de 2011. Pero no pudo ser, ya que mi amigo, rosa hasta los tuétanos, con un cierto grado de suficiencia se negó a aceptar el envite, que si no, ahora que se confirma aquel vaticinio, me hubiera venido de perlas cobrar esa importante cantidad que por intuición puse en juego.
Afortunadamente no se deterioró nuestra amistad, pero desde hace mucho tiempo no hablamos de las setas. No viene al caso, mas cuando ambos sabemos, como también muchísimas personas, que en lo de la Encarnación, prevalecieron los embustes.
Ni que decir que entre demoras y modificados, rectificaciones e improvisaciones, esto de la Encarnación ha sido un palo, que para eso la hicieron de madera, casi para todos, más para cuantos llegaron a creer todos los embustes que se dijeron, y muchos más comprobarlos.
Cierto es, que desde el primer momento en que empezaron las “escarbaciones”, y adjudicaron a la UTE lo del sótano, ya contaba con una ingente cantidad de personas que me tenían al tanto de todo lo que acontecía, no solo a pie de obra, sino también en la mismísima “sala de operaciones”.
Casi a diario me llegaban en cantidad, tanto fotos, como notas, documentos, impresiones, reuniones, documentaciones, hallazgos, noticias, declaraciones, mentiras, financiaciones, procedimientos, actuaciones, demasiadas cosas para poder corroborar la certeza de aquella intuición primigenia, casi de palpito que, con el paso de los años, y los datos que se acumularon hicieron que pensara que estuviera en lo cierto, lo cual venia a demostrar que muchas personas de esta ciudad estaban interesadas en el asunto, por mas que estuviera mal gestado, mal concebido, mal desarrollado, mal planificado, y tan mal comenzado, como mal acabado, como para que pudiera terminar, aunque hubiera sido lo deseable, de otra forma.
Lo de la Encarnación, (que no creas que sea cosa que se haya acabado), ni tiene aparcamiento, ni metro en la estación, ni metro-centro, ni células fotovoltaicas, pero además ni tiene paradas de autobuses, y para colmo el plan centro restringe la llegada de posibles clientes. Embustes.
Lo de la Encarnación, está a falta del revestimiento de maderas, cosa que se llevará casi seis meses. Poner en valor la cripta de Hispalis, dicen que para primero de años, y hasta se lo creen, y cuando menos adjudicar el restaurante mirador, pues otra cosa debe de ser “colocar” los locales que aparecieron para financiar el proyecto, y encontrar la solución de la plaza publica –privatizada, con escalinatas y rampas especiales para botellonas y pare usted de contar, ya que el polietapico y multidisciplinar complejo tiene lo que tiene, a menos que le pongan las luces de bajo consumo para crear la cúpula celeste, y si acaso unos sacos de dormir para la indigencia que se acomode en la sinuosa calle de nueva creación. De todas maneras, para cuando sean las elecciones, lo mismo los problemas crecen, y en lo que llaman mercado tienen las ideas claras para resistir y desaparecen las intuiciones actuales, que no nos llevan a ningún lado.
Sevilla a 30 de Diciembre de 2010
Francisco Rodríguez Esrévez

No hay comentarios: