jueves, 8 de enero de 2009

Conclave en la escalinata

Ninguno
Ni uno, ni dos. Como con toda seguridad parece que ninguno de los dos metros, el subterráneo, y el otro, el metro-centro, lleguen hasta lo de la Encarnación, según estaba previsto y anunciado, toma sentido que se hayan anulado sus estaciones. Una, bajo el “metropol”, la otra, a la sombra del “parasol”, ambas destinadas a recepcionar, al necesario publico, hasta esa extraña y misteriosa “cosa” ideada para que los vendedores del mercado dejen la provisionalidad.
Los que nuevamente llegaron a la Encarnación fueron los Magos para contemplar su eterno “misterio”, que mas debió de parecerles “enigma”, al que no es suficiente escribir “cartas”.
La clave puede estar en los indicios, y estos se dejaron ver, a nada que se entregaron los regalos, como una señal de que “aquello” pueda reanudarse.
En la fría mañana, tras el paron, asomaron los operativos del “staff” técnico, con sus blancos cascos de protección, haciendo corro sobre los peldaños de la desnuda escalinata, junto al esqueleto de paneles pegados que asemejan la fusta de un atrevido “champiñón” que intenta en vano darse a la fuga por Regina, queriendo ser estación.
¿Sería motivo de un “planning” de trabajo? Imposible saberlo. ¿Acaso una indicación, para anunciar una normalidad inexistente? ¡Quien lo sabe! Seguro que estarían hablando de cualquier cosa en ese conclave circular, cabe hasta la posibilidad de que estuvieran pensando las medidas a tomar para continuar. Aunque sean medidas sin metro.
Sevilla a 7 de Enero de 2009
Francisco Rodríguez Estévez

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