miércoles, 14 de enero de 2009

Algo huele a falo, (perdon, a fallo)

El oráculo dice

Lleva tanto tiempo en florecer, que apesta incluso antes de abrir el capullo. El pestoso “Amorphophalus”, es la flor mas grande que existe. Por suerte no actúa como las rosas, que lo hace cada año en dos estaciones, una en primavera, como la fecha de inicio de la del “metropol”, la otra en otoño, junto a las setas, como lo del metro-centro.
La “Amorphophalus rivieri” llamada así por su semejanza a la verga de Hércules, como la Alameda, ¡Ay, Alameda!, mas que al gran pepino de caja, y por el tamaño de su capullo que imita en su forma una seta, ¡Ay, Encarnación!, es oriundo de Malasia, y la singularidad, que es de concurso de ocurrencias, está en su hediondo perfume, que dicen tiene recuerdos entre “muscaria phaloide” y gatos muertos, como “Emblematico” y “Peligro”, y tambien por su engañosa belleza de gato por liebre, en tan breve floración, que ocurre cada cuatro años, que mas que erecciones, parecen elecciones.
Una variedad menor crece en Brasil, menos zamba y mais traballar, que parasita trepando por cualquier rama, sin mas ética floral que el disfraz carioca del carnaval de la selva, pero identificable por su olor a tubérculo podrido. Por su tamaño, si se cultivara, el capullo florecería en cualquier tiesto.
Viene todo a que el “oráculo” de esta hispalense, por romana, que como el toro del cartel, descendiente de Apis, y callada, por lo del serrallo de ese señor de Sevilla ¿aquel trueno?, si, el mismo, pues nada menos que dice que ha emitido el vaticinio para que lo de las setas broten poquito, poquitito a poco. Lo complejo del complejo etapatico está ahora en su desarrollo.
Parece que no es plan de abortar el asunto, la cosa será, por forcet, o por cesarea, como Hispalis.
Una vez que con los plazos se eliminaron las nonatas estaciones, que fueron imposibles de medir al no disponerse de metros, y desaparecido el ignoto “planetarium” de bajo consumo, por olvido de la energía sostenible sobre la bóveda de paneles, lo coherente técnicamente y por seguridad, es seguir las indicaciones del oráculo. Así, las inauguraciones darán comienzo conforme la cronometrica vaya indicando lo que se acaba, pues todo lo que se empieza termina acabándose, incluso el dinero.
Pero todos sabemos que sin el, todo acaba sin terminar, y se acaba, cuando se acaba.
Definitivamente Hispalis acabara abriendo sus puertas, puerto, plaza, estación, mercado, planetarium, antiquarium, y aeropuerto, cuando Dios disponga, no en vano, la inquisición, con su candado de cierre lleva esperando, desde hace una eternidad, la partida económica.
La vitoreada predicción, aplaudida por los palmeros de la corte, apenas en los damnificados, hizo ni fú ni fa, pues todos saben que hasta el hombre del tiempo se equivoca cuando llueve, y ya lo hace sobre mojado. El “oráculo” sabe que la flor mas grande es la “Amorphophalus”, aunque le huela a nabo.
Sevilla a 14 de Enero de 2009
Francisco Rodríguez Estévez

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