lunes, 13 de octubre de 2008

Un paseo por el mercado

El mercado universal

Como el más cosmopolita y variado. De orgía de sabores, colores y olores, describe el periodista su visita al mercado de Aligre de Paris, siempre Paris, descubriendo los encantos de ese lugar mágico, de encuentros, que como toda plaza de abastos se hace merecer.
El conjunto consta de dos piezas diferenciadas, la parte cubierta que se llama mercado Beaurau, construido en 1843, y su exterior, que colmatan de tenderetes todas las calles de su alrededor, donde se ofrece cuanto se desee comprar.
Situado en el distrito 12, a casi tres kilómetros de la Bastilla, lo que viene a ser de Santa Justa a Puerta Real,que en Paris no es nada,si acaso dos paradas de metro, resulta que está considerado el más barato, aunque no sea el más antiguo, que tal merito recae en el de las Pulgas.
De no haberse intervenido en el mítico de “Les Halles”, este recordaría al primitivo de la Encarnación, de Dado a Regina, solo que su manzana fuera cinco veces mayor que la que este ocupaba cuando fue realizado en 1820.
Vienen a recordar el periodista, embriagado en el bullicio, la importancia de las plazas de abastos en el turismo, haciendo hincapié en que se visite este tan popular de Aligre, en la rue Emilio Castelar, para conocer lo que viene a llamar el verdadero Paris.
Lastima que su visita no le trajo a esta ciudad,en cuyo caso su reportaje hubiera sido en referencia al Provisional de la Encarnación. Posiblemente no animaría a sus lectores para que pasearan bajo las desoladas chapas del bidonville comercial, reliquia constructiva del tardo franquismo. Ni les indicaría que cuenten el número de puestos cerrados, “damnum collateralis”. Pero por si no encontraran en su interior a la verdadera Sevilla, como en Aligre, al menos, a nada salir percibirán nítidamente el despropósito.
Sevilla a 13 de Octubre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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