martes, 14 de octubre de 2008

Por el cobre, mas madera

De carpintería

Tal vez buscando en ese cajón de sastre la espiritualidad del taller de carpintería, en el “taller de espiritualidad para buscadores”, se pueda encontrar las reveladoras palabras del hijo de su madre y nos enteremos de, nada menos, cual es el misterio de lo de la Encarnación.
Será pues, el hijo de su madre, “matriz, en la mente de todos” que media y remedia en todas las gracias en la “inmanencia” de su ser, gavilán o paloma, ave fénix, que no pájaro, inherente a “las vibraciones”, buenas vibraciones de los antípodas bee gee, gud gud, gud vaibrechion.
“Dinámica”, vibratoria, consuelo de “amores”, e “interactiva” en el menage a troi, trinidad de culturas, en el mismo espacio con distinto tiempo, “para la reflexión de nuestra avenida” con el espanto de instantáneas del afanador, y tranvías de corto recorrido “hasta el planeta triunfador”.
Es de imaginar, que mas por el ajenjo en vena, los efectos del saturnismo plúmbeo se dejaron notar cuando la metálica madera de las muscarias. Carnes mías, ¿Qué hemos hecho?
Desde las plataformas siderales realizadas en carpintería el despegue es inminente, cuando nadie sabe como será en el ignoto destino el aterrizaje. Encarnación, perdónalo, por que si sabe lo que hace.
Sevilla a 14 de Octubre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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