jueves, 30 de octubre de 2008

Bajo las setas

Botellodromo

No se ni como me atrevo, pero lo hago por la admiración que le tengo, y poder estar entre las muchas personas de su conocimiento, como una de las que figuran en su móvil, y por la consideración de amistad que le profeso.
Así que directo al grano, pongo en el conocimiento de Maese Robles, como diría el benbasiano Álvaro Pastorrrrr., que al contrario que usía, que al parecer le repele el uso de esta palabra, el oírla, con la profusión que, hasta en los telediarios la he escuchado, me hace pensar que ha sido aceptada mayoritariamente, y quien sabe si al cabo de los años esta nos aparece en el diccionario.
Ni pienso, ni puedo darle, en ninguno de los temas, enseñanza a quien tiene tanto conocimiento, pero en este caso, le diré: si está mal utilizada la palabra, botellón, aumentativo de botello, y botellona, que lo seria de botella, es por que esto se ha utilizado para definir el espacio donde la gente joven se agrupa para beberse lo que le echen, fumarse, lo que arda, ensordecer, a puro grito, y dejar los orines vómitos y desperdicios, generalmente hasta después de las cinco de la mañana.
Si velódromo es el lugar donde compite la bicicleta, antes velocípedo, aeródromo, lugar reservado a los aviones para sus maniobras, hipódromo, el lugar donde se celebran competiciones equinas, perfectamente meódromo es lugar donde la gente deja sus meadas, otra cosa sería urinario, letrinas, retretes, escusados, aseos, o water close , bate, de toda la vida.
Otra cosa sería palíndromo, que no es donde se puede ir la señora Palin, ni el recorrido del tranvia, con sus 1221 metros.
Se podría haber optado por beododromo, si fuera el lugar para emborracharse, tal vez bebedromo, e incluso copodromo, pero salió botellodromo, como lugar de concentración de aquellos que portan botellas para” jincarselas”, como el codo marchenero, bien a la pincelada o a las costillas del periodista.
Ocurrió que en el mes de octubre de 2004, un amigo bombero me dijo que venia del rocodromo, que no es el lugar donde corren las rocas, como lo hacen los canes en los canódromos, si no que es una pared vertical con distintos huecos y apoyos, que permiten ejercitarse a los escaladores, en esa, como en muchas otras me encontraba despotricando de las setas, y me sugirió que escribiera sobre lo interesante que seria que por la estructura metálica de cobre, aparecieran hombres moscas, a lo que le contesté que ya había escrito sobre eso pero en “el muro Flavio”, (muro romano que se llevo una escavadora del tiron) y lo remataba con una caída en puenting.
Pero de pronto me vino la idea, si anteriormente había utilizado lo de meódromo, cuando la rampa a ninguna parte, (que por cierto fue emitido en SVTelevision), para que esta fuera utilizada en caso de un retortijón inoportuno, o cuando la vejiga apriete en las madrugas, y alguna que otra vez, lo del botellodromo en la Encarnación me pareció que era la palabra acertada para definir lo que seria aquello bajo las setas con la fiebre de un sábado noche.
El día 12 de Octubre de 2004, salió publicado en ABC, de Sevilla, y En Diario de Sevilla. Como nunca la había visto escrita, ni nunca la había escuchado con anterioridad, oír la palabra botellodromo, la considero como algo mío, aunque bien no pudiera ser si hubiera algún texto con la susodicha anterior a esta fecha. Gracias por su atención, le reitero mi amistad y mayor consideración.
Sevilla a 30 de Octubre de 2008-
Francisco Rodríguez Estévez

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