Ocho horas más tarde y aunque había mejorado aun tenia los síntomas del mareo que me produjo el bailar en una mañana que nada se dio como pensaba sucedería. Era el dia del baile, el primer dia, y ya llevaba dos ausencias que me causaría la baja en el listado del centro, que podía justificar pues no estaba informado con claridad el inicio de las clases.
En la mañana tengo un paseo rutinario de cada dia especialmente para acompañar a mi hermana cuando tiene que acudir al banco, en ocasiones al super, o a la farmacia son tres destinos que con el depósito de la basura seleccionada, consultar el premio de los ciegos y la posibilidad de visitar a ls monjas filipenses repartiendo comida a los pobres, que culmina al regreso participando en la partida de billar o acudiendo a su llamada de wapsap.
Hoy por tercer dia ella no me ha llamado. No sé que le pasara pero me preocupa y la aviso de que voy. Sorprende la rápida contestación “no vengas”. Estaba decidido y a la llegada no atiende mi teléfono que le insiste. Al marcharme arrojo un paquete de premios para Julieta que al tercer esfuerzo queda embarcado en su ventanal tras salvar el apretado cierro. Más tarde me envía el mensaje “no me lo puedo creer”. Algo es algo, por fin me cree.
Llego apurado a la clase de baile, la profesora indica un calentamiento de ejercicios, aun no sabía la que me esperaba más tarde. La música suena y una señora acierta a invitarme que baile con ella, no se me da mal aun recordaba los pasos, segunda tanda y es otra amable señora la que forma mi nueva pareja. Hace calor y en este tuve titubeos y errores que esta señora arreglaba de inmediato. Comienzo a sudar, hay u pequeño descanso, las señoras hacen alarde de su previsión sacando los abanicos que les refresca. Por tercera vez suena la música estoy solo y a nada llega otra amabilísima señora marcando el segundo tiempo de la primera a lo cual me incorporo, ya en la segunda en un giro siento que el sudor ha aumentado y tengo una sensación de mareso que le pido me excuse pues me es imposible continuar bailando a menos que me caiga redondo.
Me siento y me ofrecen agua u un abanico trato de recuperarme muy lentamente. No tengo dolor, ni nuingun síntoma salvo el mareo que se pasa, “ a sido por las vueltas” exclama una señora. No paro de sudar y aprovecho para marcharme a casa. Cojo en tensiómetro 13-8, correcto el termómetro 36,2, y el oximetro 100. Ni me atrevo a comer.
He descansado en la cama media hora, he comido fruta y tila. Tengo la clase de memoria, me ducho y cambio de ropa interior he sudado mucho. La clase pasa concentrado en los ejercicios, al salir un compañero me invita a jugar al billar, no me concentro, se tiene que marchar cuando llega mi amigo Paco Nogales, al que llamo viejo y es más joven que yo. Acabamos la partida y me acompaña al super, compro fruta y miel y le regalo las pipas de girasol que tanto le gustan. Hoy quería invitarme a café. Estoy mareado y me voy a casa, me siento delante del ordenador para escribir esto y diría que se me ha pasado el gran mareo que he soportado, ahora hace nueve horas. Ella lo sabrá.
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