Toda la mañana juntos, como otros tantos dias, hablando, escuchandola, mirándola, el tiempo corre sin detenerse ni un instante. Hoy no hemos comentado nada del ayer que ya ha pasado, tampoco tenemos conversaciones de futuro, y el hoy aun sigue siendo paseo de compra como los de cualquier matrimonio que recoge nietos de los colegios.
La quiniela, el pan, los paquetes de compra, la vuelta por el chino, y ya no quedaba tiempo para nada pues vienen tres nietos para almorzar. Todavía piensa que somos noche y dia sombra y luz y no advierte que en eso está todo, y que me importa querer aunque no me quiera tanto como yo quisiera, prefiero dar, a ser posible con generosidad, pues he guardado mucho amor para hoy colmatarla de tal modo que sintiera todo lo que le ofrezco a cambio de nada.
Nada de amor profundo que tanto daño hace, ni subliminal que se disipa en la tontería, ni de satén lila de sueños tontos, ni de tío machote que ni puede amar a una mujer, amor de imbécil, por más que sin saber cómo, monte tal que fuera a yegua, cuando equivoca de montura y pique con saña con las espuelas del miedo.
Amor y respeto, amor y comprensión, amor y confianza, amor de amar. Amor blanco amor de cuerpos que se abrazan, amor de besos y caricias, amor de risas y palabras. Amor de hoy y de mañana, amor que no acaba con las buenas noches en la pantalla, amor que empieza con los buenos días, amor que te acompaña café con tostadas, amor que te llama, amor que te encuentra al salir de su casa, amor de paseos, que se va y vuelve como ola de playa, amor de verdad, amor sin engaños, amor adolescente cargado de años.
La compra del super nos dice que se encarece la verdura y la fruta, y que la carne de la plaza la de toda la vida tiene escasa calidad y precio de producto elaborado.
De regreso, hablar también es amar. Amor natural, tal como suena, amor lento hecho al amor, amor sin prisas, amor de dos.
Sevilla a 8 de octubre de 2025-
Francisco Rodriguez
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