lunes, 31 de agosto de 2015

Cuando llegue Septiembre

Concluye este Agosto caluroso, con la clara esperanza de que cuando llegue Septiembre los responsables en lo de la Encarnación se pongan las pilas e inicien a proceder con esa hoja de ruta que se tiene preparada para los mercados municipales de abastos, y que el propio Alcalde haga las indicaciones para instalar la puerta automática en lo de la Encarnación.
Hoy cuando aún no ha llegado Septiembre continua la ponzoñosa salida de aire caliente en la entrada a la calle sinuosa donde se encuentran las pesadas hojas de unas puertas a la llamada plaza municipal de abastos, que están colocadas de forma aleatoria y hacen que lo de la Encamación “de entrada” ya sea de por sí una verdadero laberinto.
Después del periodo estival, y cuando no ha llegado el deseado Septiembre, este final de Agosto nos trae de nuevo los camiones que realizan la succión de los residuos acumulados por acaso la más deficiente de las infraestructuras, dejando impregnado  todo el ambiente del pestoso olor que desprende el habitual atasco. No se entiende que nadie en la responsabilidad tenga alguna ocurrencia positiva y lleve a cabo definitivamente la reparación necesaria para que mejore a ser posible de forma definitiva  el deficiente alcantarillado.
Esta modernidad de la Encarnación, cuando llegue Septiembre, no es que vayan a llevarse a cabo ninguna acción paliativa en tanta deficiencia, es más, seguro que ni  modifican las salidas del pestoso aire caliente, mi  mucho menos que nadie piense que reducirán  el revestimiento fenolico de las voluminosas columnas, menos imaginar que se tenga aclarado la superficie que dispone la plaza municipal de abastos y cuál es la superficie compartida y en qué medida. No se imaginen que quedarán explicados los cuatro millones cuatrocientos mil euros del deficiente equipamiento, al que ni dispusieron colocarle un triturador de residuos y en su lugar los desagües son de un endeble tubo plegable de  material plástico.
Cuando llegue Septiembre, aun no habrá llegado el Otoño caliente que cada año anuncian. Cuando llegue septiembre acaso solo fue un gran éxito de 1961, la canción del verano de Bobbi Darin, cuando había que fijar los precios cada primero de Octubre a cantidades que en ocasiones era preferible no vender algunos artículos  en los que obligatoriamente se alcanzabas perdidas.
El laberintico diseño de esta plaza municipal, aparte de las desigualdades que crea los espacios vacios y no para todos aquello es negocio, con seguridad hay quien lleva en perdidas demasiado tiempo, pero los vendedores extrañamente no pasan del lamento de barra, lo que nos lleva a aguardar cuando llegue Septiembre, como cada año, como siempre, que nos deparará la hoja de ruta, y cuando menos reparen los alcantarillados y  de paso colocan la puerta automática para empezar, cuando llegue Septiembre.
Sevilla a 31 de Agosto de 2015

Francisco Rodríguez Estévez

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