
Lo mas lejos
Siempre que puedo utilizo
palabras que encuentro en el diccionario, otra cosa es que lo haga
correctamente, y esta en particular me preocupa pues por las definiciones del
uso que nos puede llevar a tres
significados lo que puede llevar a tener serios problemas de cómo conjugarla
con acierto, y por lo tanto su uso, mal aplicado, podría parecer temerario.
Esa es la razón por la que
tantas caen en desuso, cuando por si podían estar en el candelero, por su
fonética, y en boca de todos estar a la
última por sus significados, pues como es de temer pronunciación y significado
puede en ocasiones ser aquello que se dice como no políticamente correcto.
Esta se trata de “acaloñar”,
verbo de la primera conjugación, que lo mismo sirve para una cosa como para la contraria,
para lo público como para lo deportivo, pues dice mi viejo diccionario que
acaloñar, por más que mi ordenador no quiera reconocer esa, y por su cuenta
escribe acalorar, que sin duda es otra palabra, que nada tiene que ver con la
que nos trae que de esa nos dice que significa calumniar.
Lo curioso es que “acaloñar”
también significa pedir responsabilidades a que las tiene de lo que se deduce
que si le pedimos cuentas a la responsabilidad, esa también puede optar por
creer que se le está calumniando. De ahí lo de los contubernios (convivencia
con otras personas) y (alianza de intereses)
Acaso cuando se busca la verdad
aparece el contubernio. Será acaso que la responsabilidad no está para que se le exijan cuentas, pues
de ocurrir tal cosa , como que de
repente el democrático derecho queda convertido en una calumnia. Por todo ello
no la utilizaré por más que me pareciera interesante acaloñar a mas de una
responsabilidad, pero eligiré esta otra palabra
“ábsit”, que hasta parece extraña, y hasta resulta mas elegante, y lo es
aun ,as cuando puede emplearse sin miedos a las represalias como destino de
cuantos pudieran sentirse acaloñados, que no calumniados cuando encuentran la
salida airosa en el doble sentido en este laberinto miceno de setos, que no de
setas con diseño de vanguardia del que cuesta tanto salir y mas difícil encontrar
una puerta.
No dejo de pensar lo requetebién
que estarían todos juntos en el ábsit, maquinando sueños para camarones meciéndose en la corriente aunque alguno
añore, si la factura lo permite, que estos fueran a ser posible de mayor tamaño.
Como lo de la setas de la Encarnación.
Si bien es cierto que las setas
van mejor con guarnición de caza, pero en ábsit, hermano lobo, los
cartuchos que valen salvo las bolsas bermejales, negras como las carteras
llaves, son los papelones, pero de pescao frito después de quinarios. Por eso
nos viene bien el verbo encarnado, que no rojo, al que tendremos laicamente que
rendir cuentas de todos nuestros acaloñamientos , por no decir camándula que
esa es otra.
Sevilla a 27 de Enero de 2007
Francisco Rodríguez Estévez
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