jueves, 2 de febrero de 2012

Triste final

Las predicciones

En esta semana de luces en las marisma, cuando la cigüeña se deje ver, incluso mas que si saliera en las fotos quien mas sale, pues dicen definitivamente, que por fin va ha llegar el frío. Un frío polar, para mas señas que se llevara todo el cielo azul que nos ha venido acompañando este invierno disfrazado de primavera, Según parece se volverá gris y las necesarias lluvias tienen prevista la llegada para Semana Santa.
Con el Sol del atardecer en la vertical de las almenas de la Torre Blanca, sus rayos inundan mi estancia cada tarde del solsticio para recordarme que aun es invierno, aunque no me lo parezca. En verano siempre se despide por la Andueza, me da de frente antes de que escape buscando la “resolana”, y quien sabe, si en el futuro se dará de bruces con el ciclópeo gnomon perturbador para que las calles se llenen de sombras.
Los avisos están dados, y el pronóstico, mirando el mercurio del termómetro marcando los grados de rebequita, como que se hace imposible pensar que mañana pueda hacer el anunciado frío.
A decir verdad, el frío, frío, me llegó hace unos días, acaso el mas calido de los pasados, a tenor de la gente que había tomando cerveza en los repletos veladores, cuando, poco antes del ángelus, el agente notificador, y de paisano, me hizo firmar el recibí del papelito rosa. Nada menos que la pensión de tres meses, toda la estación de primavera esperando la paguita y resulta que me las pueden sacar de la cartera cual descuidero, para darme el disgusto.
Y es que, cuando el reglamento se hizo ordenanza, algo cambiaron en el descuido, y en lugar de indicar los cinco metros de anchura en los viales de los mercados, pues ahora dice que se `puedan aplicar sanciones desproporcionadas, por el mero hecho de disentir con los iguales, no quiero ni pensar en lacuantia de haber sido con la autoridad, cuando ni tan siquiera se permite la discrepancia en las actuaciones, especialmente en las que debería de aparecer el sentido común, pero la letra no tiene mas interpretación, cuando conviene. Eso si que es frío.
Con la posible solución que tengo que tragar, en evitación del disgusto que me puedan quitar las tres paguitas para mi insostenibilidad, el calor vuelve a entrarme en el cuerpo aun sin tenerlas todas conmigo.
Pero ya llevamos algunos días preparándonos para el frío, algo ha cambiado, parece ser que era lo que estorbaba, y ya no hay cajas donde poder evitar poner las mercancías en el suelo, ya no hay lámpara de bronce y cristal de roca, para que sus catorce brazos dejen de ser una provocación luminosa, ya no importa que la reflexión del sol haga desaparecer el genero de la vitrina, con un truco mas propio de David Copperfield, que de la concesionaria, ya no hay soporte de perniles de Cortegana que cuelguen en el exterior de un interior que guardan las lindes las persianas automáticas, ya no hay rótulos de vinilo que expresen que es lo que se expenden, ya no hay coche que pretenda aparcar sin que pueda ser devorado por las pavorosas llamas, tan solo por que allí no tiene cobertura el seguro para este, ya no hay puerta que permita entrar a las personas que buscan un acceso inexistente, y una salida imposible, ya no hay diosa protectora para poder modificar mínimamente el trazado equivocado de una pared de cristal.
Por el momento, acaso por el frío todo se ha vuelto apacible, es como el conformismo que se advierte en las residencias de ancianos esperando su final, y a pesar del calenton, mucho me temo que eso sea lo que esperan, y es cierto por más que duela, que el final llega.
Dos de Febrero de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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