domingo, 29 de enero de 2012

Nada de moderno, cara, cara, caralsol

Sol y sombra
Acaso, por ser un tiempo en el que hay poca claridad en los asuntos de caja, tiempo de tinieblas,(no solo económicas)y con tramas urbanas siempre bajo sospecha, en la porfia se esté dando lugar, y tiempo, para que aquello crezca, por supuesto en sitio inadecuado.
Teniendo en su final un sonoro sol, precisamente para darle crédito en tiempos de crisis, por aquello de que mientras caliente el cotarro se evita el frío que tiene llegar como una sentencia en firme, y mientras sube la vida se consume. Sera como un soufflé, una sordina al crecimiento desmesurado en la que no se sentirá la incertidumbre de detener la alargada sombra que quiere marcar el nuevo tiempo del nuevo sol, donde los hombres volverán a ser hermanos.
Lo que viene a demostrar que la quinta no es una columna, cuando deja de ser nota de la escala, y solo se queda en una coletilla que se aplica a las modernidades
Sol de para-sol, de caja-sol, de zumo-sol, de cristal-sol, costa-sol, viña-sol, quita-sol, “pónselo”, sol-sticio, girasol, y otros soles, sol-o que el reloj-sol, no es clepsidra en la margen derecha del caudal, que por ser hidrográfico dicen que es de todos.
Alli en la curva todo hace indicar que al descomunal gnomon le sitúan en unas coordenadas equivocadas, naturalmente intencionadas, acaso para que marque cualquier otro punto referencial que no sea el horario.
Cuando Sol entra por su puerta, sin romper ni manchar el vidrio de la expoliada fabrica, y toma la arreboleda de la Trinidad, solo para subir buscando los terceros, se hace imprevisible, en la ciudad dual, encontrar el tercer elemento, sol y sombra, cuando el primero es producto de las urnas, y el segundo de los impositores, y en esa búsqueda del estigma perdido, solo por eso, es irremediable tener que toparse con el misterio de lo de la Encarnación, que según el ingeniero de la torre de los vértigos, nos sale que aquello no tiene nada de moderno. ¡Fíjate! Ahora.
Cuando las sombras de noche se retiran a dormir el día, el Sol se despereza, como un gato al levantarse, pues en esta ciudad del sol, resulta que la edificaron en su Sur, un oasis de palmeras que se acolasa,justamente donde lo que para unos es el final, y para otros es entrada, ¡váleme! por Bellavista, siempre y cuando, por aquello del picudo rojo, queden ejemplares en alineación ofreciendo su sombra.
En el norte, no son los cipreses de camposanto los que alargan sus sombras al implacable sol de justicia sobre los cuerpos vacíos de almas, tal vez sea la injusticia, cuando las sombras de sus tapias siguen marcando el tiempo del colmatado vacío, que tanta carne de sombra genera, un vacíe donde no puede crecer la opulencia cívica, sin que se caiga la cara de vergüenza, donde la sombra se tiene que compartir con pixie y dixie,esos malditos roedores, y que parten el alma de los candidatos en campaña.
De seguir, será en el poniente, donde el descomunal gnomon señalará (ocultando el otero aljarafeño de Santa Brígida) las sombras del tiempo que nos marcan.
Sombras que se crean y sombras que desaparecen con el Sol. Sombras que esperan ser restituidas para volver a ser sombras de jardín, de alhaurin de sombras de lauro a recuperar por sentencia suprema.
No debe de haber demora por mas que precisamente los humos nos indican que allí ya no se hacen puros, solo marrones, cuando siendo “fonseca” hispalense, con las costas incluidas tendrán que empeñar algo mas que libros en el monte de piedad de antaño, y es que si capricho era poner una estrella en el jardín, imagínense lo que les va a costar una biblioteca.
Que será esto de la modernidad, ¿las setas?, ¿destruir un jardín publico?, ¿levantar el enorme gnomon que con su enorme línea de sombra marque los tiempos de oscuridad?
¿Y sostenibilidad?, ¿que será sostenibilidad?, por el momento, seria muy importante poner a “los partias”a vivir con 641.40, y ya veríamos cuanto tiempo son capaces de sostenerse. Pues aunque no lo crean todavía existen personas que creen que todas estas ocurrencias toleradas, se llevan a cabo para el beneficio general de la mayoría, y que son consecuencias del abnegado sacrificio de los servidores públicos. ¡Anda ya!
Sevilla a 29 de Enero de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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