recorte

Todo llega

No había considerado que llegaría a advertir el valor de las cosas habituales mejor dicho lo que cuestan, en especial cuando debes de ajustar los gastos vitales a la ridícula paga que les quedan a los autónomos después de apoquinar siete lustros , evidentemente que en la minima cotización.
Esta observación viene al tener que adaptar los exiguos ingresos, tratando de evitar cualquier compra que su precio exceda las posibilidades. Este año hemos empezado el recorte que se hace obligatorio, causando baja en la hermandad de penitencia de toda la vida, y en la asociación cultural. Esto supondrá el ahorro de unos cien euros al año.
La previsión de ahorro alcanza a tomar la medida de no utilizar la ventanilla de la entidad bancaria, la que dice que el trato es personal, y que a partir de ahora, me las tendré que ver, en las escasos movimientos de la cuenta abierta, nada menos que con una maquina, lo que puede suponer un ahorro de veinte euros al año.
Visto el precio tomado, por esta vez no he adquirido roscon de Reyes, cosa que ahora es imprescindible, pero que hurgando en la memoria, eran pocas familias las que podían comprarlo de cuando lo recuerdo, que los había de todos los tamaños.
Cierto es que no tenían relleno, si acaso de cabello de ángel, según la confitería, y es que el invento de ponerle nata, y lo que llaman trufa, o incluso crema, es algo muy posterior.
Debe de ser que lo autentico siempre se desvirtúa con el tiempo, por lo que, aparte del desorbitado precio de quince euros que ha tomado, no pude encontrar este dulce, (que se ha convertido en tradicional) con el tradicional gusto, es decir sin relleno que valga.
De haberlo encontrado de menor tamaño, y sin relleno, incluso lo hubiera adquirido, saltando las medidas de reducción del gasto que impone la retribución de una pensión de miserias.
Por el momento ha llegado este tiempo difícil en el que solo hemos gastado cinco días, pero que no puede durar mucho pues no quedará pensionista para aguantarlo, ni autónomo que lo resista.
Dicen que lo peor aun no ha llegado, pero como todo llega, lo mismo también llegará lo bueno, será como si se abriera “una puerta” para que entre un futuro mejor.
Sevilla a seis de Enero de 2012
Francisco Rodríguez Estévez