miércoles, 4 de enero de 2012

TÜR WITZ (puerta de broma)

der Witz

Ahora he descubierto la causa, siempre me pareció sospechoso que alli faltara una entrada, y no me cabe ninguna duda de que todo es una broma, der Witz, que diria Jurgen. Ha pasado mas de un año viendo a muchas, diría que en total, a miles de personas, como torpemente buscan una puerta en lo de la Encarnación.
La cosa es que es una puerta inexistente, una broma de Jurgen Mayer, a la que además se le sigue riendo la gracia. Parece que pueda estar allí, justo en el sitio preciso, y resulta que no la hay.
El cuento de la modernidad nos trajo esto, llamándolo proyecto sostenible, de vanguardia, rompedor, y lo que se quisiera, también le calificaron de patochada y fruto del papanatismo.
Lo cierto es que para nada es un proyecto sostenible. Se podría decir que en nada se parece al proyecto premiado, que ese ya obtuvo la calificación de imposible, así como, al ser tan caro, pero caro de verdad, también resultaba imposible de pagar, y miren por donde nos salio la broma, der Witz, para el aleman, que se tronchara de risa cada vez que vea la ocurrente idea de colocar puertas aleatoriamente y dejar de colocar aquella que tendría algún sentido. La misma broma que a la patronal de la construcción, colocar el dinero para infraestructuras donde ningún sentido tenía ponerlo.
Hace mas de un año que se abrieron las aleatorias puertas de este espacio de diseño disparatado, en el que los comerciantes que quedaron superviviente del provisional, después de automutilarse, para ajustar en numero a los puestos que resultaron en la peor de las distribuciones posibles, y donde el laberinto es algo que no se puede contar, pues hay que venir a verlo, crean que nadie, ni los propios placeros, esos que ven impávidos como se cierran otros puestos, se ha preocupado lo mas mínimo por reparar el olvido intencionado de Mayer, der Witz. (la broma), y es que hasta es posible que no hayan reparado en ello siéndole tan ajeno, pero al menos la cuadrilla de operarios, desde hace un año, no para a diario de hacer las reparaciones que salen de continuo, en la suma de errores.
Hay días como el de hoy, que da vergüenza el observar aquello, donde una y otra, y otra vez, tanto personas como grupos caen en la pertrechada trampa que se le ocurrió al berlinés para reírse de esta ciudad, y lo peor no es que se le ria aquí la maldita gracia, lo peor es que ya todos los responsables en el asunto tienen conocimiento suficiente como para poder arreglar el desaguisado que esto ocasiona, cada día, en muchas personas, pues ya es tiempo de ponerse serios.
Sevilla a 4 de Diciembre de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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