viernes, 13 de enero de 2012

Mentira cierta

La mentira

Parece mentira, pero al final puede resultar que sea cierto. Pues, no hay nada mas cierto que una verdadera mentira, de esas que de tanto decirla llega a resultar que se hace realidad, o cuando menos, que la gente se la crea.
No creo que sea posible, no que llegue a creerse, pero cosas peores suceden, cocaína aparte, y esta puede ser que incluso acabe convirtiéndose en cierta de tanto mentir, se diria que en cosa indiscutible, incluso hasta que se haga de credibilidad suficiente eso que, a ciencia cierta, solo es una verdadera mentira.
Lo mas difícil será que se algún día, mas pronto que tarde, dispongan que se pueda llevar a cabo, y la puerta de mentira, también llegue a ser realidad, cuando menos, para que aquellos que se lo creyeron, y que confiaron, sin mostrar dudas de que era evidente que la puerta fuera algo necesario, y que por lo tanto, “aquello” no podía ser una mentira.
“Aquello” es un cartelito que avisa, con el siguiente texto la “inminente inauguración de la puerta que olvidaron colocar, a ser posible con automatismo”, al objeto de facilitar la entrada a cuantos la buscan, sin encontrarla, en el lugar que la lógica hacia suponer, y facilitaría la salida, a cuantos perdidos en el laberinto, quieren encontrar la calle.
El cartelito, por ahora es el ultimo de toda una amplia serie que han venido siendo colocado en la aproximación de la puerta demandada, y que por el momento solo causa risa a todos cuantos caen en trampantojos que se le ocurrió al alemán en su proyecto de ordenador para reírse de esta ciudad, con el cuento de que se construían sueños. Y eso que esa mentira, se decía, que no se la creía nadie.
Sevilla a 13 de enero de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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