sábado, 10 de septiembre de 2011

¡A jugar!

Ganar o perder

Seguro que he ganado perdiendo, y he perdido ganando. El acierto en este asunto que ha deparado la solución final de lo de la Encarnación era previsible, y el resultado inevitable es de irreparable pérdida.
Perdido el mercado desapareció el problema, aunque solo fuera para crear en cada solución nuevos problemas.
Ha ganado el acierto en acertar, ha perdido el propio desacierto, ese que hace que gane con el pronostico antes de la partida, viendo los resultados, que por descorazonadores, se pierde todo, incluido los recuerdos.
Cuesta entender eso de pasar de ser parte interesada de lo propio para convertirse en subarrendatario de la concesionaria, y además pagando un alquiler, supuestamente subvencionado.
Pasar de ser un grupo compacto de fuerza cívica, de las de tener en cuenta, por mas de que siempre se postulaba en pacifica reivindicación de un justo deseo por recuperar el desaparecido mercado tradicional de la Encarnación , al objeto, como objetivo social y cooperativo, reiniciar después de un largo periodo provisional, una recuperación de la plaza de abastos, y restituir los derechos de todos los placeros, pero los años deciden y conforman al jibarizado grupo a quedar convertido en un reservorio minúsculo, en su mayor parte de neo-vendedores sumisos y conformistas.
Todo ello abonando una tasa de ocupación de mercado, que en la comparativa con cualquier otro negocio desde el nivel 0, pasando por el nivel I, el II, la cubierta panorámica y el sunsunt cordam, supone que esta importante cantidad, mientras en todos los espacios tiene un solo pago inicia, llamado tasa de apertura, los placeros lo tienen que abonar mensualmente de por vida. Ganando, pierden, siempre pierden.
Estaba seguro de que acertaría, por como se fue desarrollando el asunto a lo largo de tantos años. Los placeros silentes, los responsables en lo suyo, hacían ver que se perdería, y por consiguiente me harían ganar. Cuanto lamento no haberme equivocado, y con el desacierto hubiera perdido en el vaticinio, lo que significaría que hubiera ganado, y no me importa para nada haber ganado, si para perder solo bastaba haber puesto la atención que las reglas del juego establece. Todos ponen.
Sevilla a10 de Setiembre de 2011
Francisco Rodriguez

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