miércoles, 7 de septiembre de 2011

El nivel

Una puerta inexistente

Por si queda alguna persona de esta ciudad que aun no sepa que en lo de la Encarnación lo del mercado que le hicieron, plaza de abastos municipal que le dicen, conviene recordar una vez mas que esto no fue cosa del alemán de las setas, que todo fue una ocurrencia de las urgencias de la mismísima Gerencia, y que con el ajetreo por acabar aquello, donde debería de haber colocada una puerta pues resulta que ni por asomo la pusieron.
Se puede escribir cuanto y más si cabe ante semejante evidencia. Pero para que. Se pueden recoger miles de firmas inútiles solicitando que abran una necesaria puerta, donde no la pusieron. Pero para que.
Produce hasta pena ver como las personas de esta ciudad, y las personas de otras ciudades que buscan inútilmente una entrada al mercado, en el sitio que la lógica les hace intuir que la encontrarían. Ya no hay risas.
Ante esta descabellada colocación de puertas de una forma aleatoria y carente de sentido lo que procede es una rectificación, pero no es cosa que le preocupe a nadie, acaso por que nadie ve el espectáculo que cada día se ofrece con esta inexistente puerta, y aquellos que lo ven como que no miran, y los que deberían de mirar no quieren saber nada de puerta.
En la travesía central cada día, y ya llevamos nueve meses los clientes del mercado perdidos en el laberinto amarillo, buscan desesperadamente una puerta, ¿Qué seria si ocurriera una urgencia?
En la travesía Central mejoraría el fluido y el transito de los clientes con una puerta que por capricho de algun responsable de la Gerencia, o lo mismo siguiendo ordenes superiores, no se llegó a realizar. Los placeros quieren mas puertas o cuando menos que las cuatros de la calle cubierta tuvieran una mejor distribución, pero se hace imprescindible, incluso para ellos que esta de la fachada Oeste de realice.
Por el momento sigue la puerta inexistente, lo que demuestra el nivel existente, sin que se les de puerta. Todo parece indicar que es por capricho.
Sevilla a 7 de Septiembre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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