miércoles, 23 de febrero de 2011

¿Y tu de quien eres?

Error, Horror, (con tres eres)

En lo de la Encarnación, ¡Ay, Alameda!, el horror aparece no solo en los errores de tiempo, espacio, y costos, sino que el error estuvo en los horrores, concurso, adjudicación, y construcción. En lo de la Encarnación el error de los placeros estuvo en abandonar la seguridad de la provisionalidad para entrar de cabeza en el horror de lo desconocido, para una vez instalado caer en la cuenta de que las ruinas no estaban en el nivel cero. La ruina siempre esta , cuando los gastos, por error u omisión, de contabilizarles como es debido, acaban desbordando todas esas cuentas, de cuento chinos del conejo de chistera, del año chino del conejo, que ha los confiados placeleros, le hicieron en las Delegaciones municipales implicadas en la urgente inauguración. Con el error añadido de que el horror-error es lo que supone meterse en aquello que dicen terminado, pero sin terminar, y ocurre que ahora pasa la factura autentica, la que hay que pagar sin dilación bajo la amenaza de que te cobren, y no por error, mas del doble del interés que valga el dinero. Todo un horror. Con tres ere como error.
Lo de la Encarnación, cosa del Ayuntamiento, y lo de la torre, de la caja de ahorros, lo de destrucción del jardín del Prado de San Sebastian, nada menos que de la Universidad, la fabrica de Vidrios de La Trinidad, corresponde a ¿Patrimonio?, ¿y la casa Pumarejo? ¿a Urbanismo?, ¿y el Huerto del Rey Moro?, ¿y la fabrica Roche?, ¿Y Tablada Verde?, ¿y la Alameda de abastos?, (Ay, Encarnación) ¿a Consumo?Debe ser a consumo tolerante, a consumo "vista gorda", a consumo de inspecciones de lunes a viernes, a consumo sostenible, a consumo de pacto. ¡Ay, Encarnacion!
Acaso todo sea un error inducido, un error provocado, un error consentido, un error con sentido, incluso con sentido del ridículo, un error a todas luces, un error manifiesto, o manifiesto horror, metro de Sevilla, metro-centro (que es tranvía) pues ninguno llegara hasta la Encarnación,¡Ay, Alameda!, que es tanque de tormentas lo que era una estación, por que bajo las setas del Metropol, el error hizo que desapareciera la que dicen que esta prevista para la Línea Dos. ¡Bingo!
Otro error en lo de la setas, acaso sea el horror multidisciplinar de llevar a cabo las actividades juveniles previstas en la azotea botellodromo, plaza publica privatizada, cosa que ya se vera, cuando las escaleras se llenen de lo que se llena esta ciudad en los amaneceres sabatinos, para que Lipassan tenga que adecentar con urgencias todo aquello antes de que aparezcan en los suelos de la Venera, las primeras sombras de la seta dos, también llamada de los urinarios, no por el horror de lo que aquello pueda dejarse oler, que seria hedor, si no simplemente por que allí estaban los urinarios de siempre, y seria un error llamarle parasol dos, pues puede ocurrir, que nadie lo entendería.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 23 de Febrero de 2011

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