martes, 20 de abril de 2010

Transparente (luz y taquigrafos)

Cristal

En la oscuridad se hizo la luz. Justo cuando en el Real se encendieron las miles de bombillas que colgaban desnudas del cableado eléctrico. Con un brillo especial en su cristal, que guarda el filamento incandescente, a la espera del revestimiento con papel plisado que transforma las lámparas en gráciles farolillos de inspiración oriental, arden ingrávidas para alumbrar la mágica noche de la prueba, indicando esta, en el contador de “sevillana”, lo importante que resulta marcar los tiempos de los pasos y las vueltas, para medir el gasto benefactor, a diferencia de las diminutas bombillitas que, por aquello del ahorro energético, con su mortecino consumo, apenas iluminan las calles en el invernal solsticio.
Gasto para generar, ahorro para destruir. La diferencia ecológica dicen que está en la fuente, pues no es lo mismo consumir las que proceden de nucleares, o de origen fósil, o cuando menos contaminante, que aquellas otras cuya energía transformadas son de las que nos regala Eolo y Helios, y que llaman sostenible.
En luminoso encendido enfervoriza a los presentes que irrumpen, como cada año, con una atronadora salva de aplausos. En esta ocasión en homenaje a los cien años de la aviación dan entrada al recinto con una monumental y colorista puerta realizada con el símbolo de la madeja con el se conoce a esta callada, mariana, invicta, heroica, muy leal, y muy noble ciudad, que no es otro que ese NO8DO, traspasado por un avión, como símbolo de “encarnaciones” , no por que este el aire, ni colgando, mas por aquello de que pasa como el rayo de Sol por el cristal sin romperlo ni mancharlo, lo cual hace que dogma y Encarnación, pervivan en batalla eterna entre los dominicos de Molina, siempre en Regina, y los jesuitas de la Anunciación, esquina a Laraña, como “parasoles y metropoles”,“ capuletos y montescos”, en esta dual villa, de dos orillas, dos toreros, dos equipos, dos colores, y un sillón , ¡Ay, Alameda!, ¡Ay, Encarnación!
Nada extrañaría que dentro de cien años veamos en homenaje al disparate, una portada con el nuevo simbolismo de no(Z)do, que por aquella fecha venga a suplir, por caduco, y de forma definitiva el origen del anterior, el de la madeja recientemente descifrado por Carrillo, quien tanto sabe de la Encarnación, y que significa todo lo contrario.
Cuesta imaginarlo pero solo es cuestión de esperar, total que son cien años, a final de cuentas nadie puede saber si para ver los “volantes pasantes” se tiene que celebrar algo, y estos del “no-ce®ta-do” adelantan el evento.
Por el momento sin que se tengan noticias de la inminente llegada de la madera, y cuando sin prisa, pero sin pausa , lo pocos obreros que en la oscuridad que bajo la epatante vienen trabajando en soldaduras metálicas, la llegada del trailer de laminado trasparente, bien plástico, tal vez cristal, pasan a formar montonera, en el almacén de los acopios, que a lo de la Encarnación llega para, al parecer, formen las paredes transparente, acaso sea lo único que tenga.
Sevilla 20 de Abril de 2010
Francisco Rodriguez Estevez

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