miércoles, 28 de abril de 2010

El laberinto de cristal

Laberinto de cristal

Si no fuera por lo serio que según creo, y así me lo parece de este asunto, se diría que se trata de una broma. Si no fuera por que broma según el diccionario es, nada más y nada menso que alimento, incluso me reiría de esta broma de las maderas. Si no fuera por que la broma, según la zoología es capaz de fagocitar toda las tablas que peguen quien las pegue, y las paguen quien las pague, le pese a quien le pese, pues no es broma que el lamelibranquio, que viene a ser el chupa tabla de toda la vida, lo mismo acaba con la broma que, según el diccionario, es el conjunto de cascotes piedra y cal que forman la amalgama de algún tipo de cimentación.
En esta broma la cimentación se cepilló a la historia, con el cuento de la morera, y con el sobrepeso del maderamen, la broma lamelibanquia, además de tener broma alimentaria por mucho tiempo, la broma cimentadora no aguantará lo que le echen, y menos cuando en la broma de la guasa, en la paranoia de Escher, de nombre Cornelius, a lo que llaman emblemático solo parezca una barraca de broma, un divertimento, en el que los golpes para buscar la salida forman parte de la broma del laberinto de cristal, por mas que pagues para pegar, tal como tablones ensamblados con pernos, topetazos con las invisibles paredes de vidrio, hasta que empieces a sangrar por la nariz, mientras los demás se mueren de risa.
Si no fuera por que la muerte es algo serio, y lo suficientemente grave, y la risa una terapia para sanar muchas patologías actuando como placebo, se diría que en la Encarnación la broma es lo suficientemente seria como para evitar las bajas que los daños colaterales por la risa puede producir, cuando se advierta que se está de broma, con la broma de comer
Sevilla a 28 de Abril de 2010
Francisco Rodríguez

No hay comentarios: