martes, 26 de enero de 2010

FANTASMAS

Los aparecidos

Son la excepción, lo cual confirma la regla de que existen. Afortunadamente sucede de vez en cuando, casi inesperadamente, se diría que por sorpresa, y cuando menos a cuento viene, ¡zas! se nos aparecen, como fantasmas en los medios de comunicación, (especialmente en los escritos), las llamadas colaboraciones.
Como no es justo meterlas a todas en el mismo saco, las apariciones que en referencia nos trae, son aquellas que tiene la autoría de los autollamados “profesionales libres”, que nada tiene que ver con el periodismo, y cuya opinión, respetable,(faltaría más) se fundamenta en asuntos en los que claramente evidencia el desconocimiento, a tenor de lo que publica con su firma.
Fuera de su preparación académica, la opinión que vierte tiene más de panfleto que de saber. Tal vez por eso, en la soflama publicada, queda de manifiesto que el “trabajo” realizado tiende a demostrar que se trata más de un encargo, de una petición, de un ruego o una orden, que algo de motu propio.
Por lo que escribe evidencia un gran desconocimiento del movimiento ciudadano, poco pero bien avenido, mientras que esconde, incapaz de definirse, cual es su compromiso con la ciudad. Genera dudas de que pueda conocer a nadie de los que, según dice, lo protestan todo, calificándolos de “esos”, y menos que, ni por casualidad, le preocupara lo mas mínimo el porqué, los que llama los de siempre, mantienen esta actitud. Que pena que no le conozcan. El aparecido debería dejarse conocer.
Es fácil decir, e incluso escribir, pero cierto es que no puede ir lejos con las patas cortas, ¿adonde le llevará su conocimiento en temas que pueden ser parados por la Justicia?, o como justificar lo de la Encarnación, parada sine die por lo que no le será ajeno, y que no es ni la madera, ni las fotovoltaicas, ni Hispalis, ni la peatonalización, ni el imposible metro, ni metrocentro, ni la tala de arboles, ni la remodelación chapucera al hemorroido gusto, y es que la improvisación, y la falta de prevision, suelen traer estas consecuencias en las que, nadie sabe como, siempre salen los aparecidos, y esos si son los mismos fantasmas de siempre.
Sevilla a 26 de Enero de 2010
Francisco Rodríguez Estevez

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