sábado, 11 de marzo de 2023

treinta años

 


30 años.

 

Tan previsible como temida tenía que suceder aquello, la euforia del momento hacia inútil resistirse. Cierto es que cuando me llegó la precariedad de la provisionalidad, no teníamos ayuntamientos democráticos, ni existían los gobiernos autonómicos.

La provisionalidad me llegó con la dictadura. Aunque consentida por la mayoría de los placeros, inmersos en la ignorancia y la promesa de una plaza de abastops nueva, moderna, ya no tenía ni había otra salida, era uno de ellos y me la impusieron sin tan siquiera poder protestar por ello.

30 años en la provisionalidad eterna  bajo el abestos Al menos ahora me permito el lujo de hacerlo escribiendo, aunque con escaso éxito, a la vista está, pero no crean que sin recelo a represalias, por eso escribo  todas aquellas quejas que no pude hacer a unas administraciones que ya no existen.

 

La provisionalidad de la plaza de abastos cumple treinta años, justo cuando los ayuntamientos democráticos ya tienen veintisiete y veintitrés el gobierno autonómico, por la vía del 153, sin que por ello se halla significado, en ningunos de sus responsables  este penoso asunto de forma tan suficientemente en serio, como para merecer la consideración de que se le estuviera dando una solución, y menos que fuera favorecedora para las miserias que soportaron y soportan sus expropiados placeros.

 

Aparte de los posibles espurios intereses que la rodearon, no cabe duda alguna de la enorme ineptitud demostrada por las distintas administraciones a lo largo de tantos años, ni tampoco el más que inexplicable silencio de los placeros, en un tiempo que disfrutamos de ayuntamientos y gobiernos autonómicos democráticos elegidos en las urnas. Así pasaron 30 años 30 en una irracional provisionalidad de otro tiempo y un solar en el centro de la ciudad con seis mil metros cuadrados de invisibilidad.

 Pero cierto es que cuando llega la precariedad de la provisionalidad, y  seguimos  de esta guisa durante más de treinta años. ¿A quién se le piden cuentas?.

Los andaluces, ¿pero de verdad queremos, volver a ser la que fuimos?.

 

Sevilla 23 de Noviembre de 2004

 

Francisco Rodríguez Estévez

 

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