caminando

 

Caminando

El reciente pero tardío júbilo de septuagenario avanzado me ha llegado, la adaptación me lleva a dar largos paseos matutinos y otros más cortos en el atardecer pasando el tiempo. Podría seguir en activo laboral  pues me conservo bien en salud, pero el tiempo no pasa en balde y aunque nos encontremos en forma, el júbilo te alcanza aunque no quieras.

 Sin rumbo, deambulando voy buscando en cada paso la ocupación que la desocupación me causa, el caso es que mis cercanos me sugieren que acuda a uno de esos lugares que la administración a dispuesto para activar la desactivación de los mayores,  de hecho desde mi terraza puedo observar uno de estos centros donde la senilidad actúa , en muchos casos, como una pasada  juventud en la que el contador del tiempo tratan de parar en ocasiones en un fracasado intento de querer parecer adolescentes.

Trato de enterarme del funcionamiento de estos espacios, aunque pienso que la oferta de actividades no me cuadra,, y la verdad es que ni sé donde podría encajar con aprovechamiento, si bien en uno de ellos en la información que me facilita  me hace ver que tal vez sea  por aquello del tener que adecuarme a la disciplina de horario y también el hecho de compartir tiempo con otras personas en encuentro social, que ya se hace con los años algo más complicado, siendo esto de relaciones con otras personas lo que acaso tenga la recompensa que como mayor valor se ofrece.

El caso es que durante muchos años de mi vida fuera de mi profesión, me llevaron a realizar muchas actividades donde en todos los grupos que estuve fui reconocido por mi compromiso, así como tampoco me faltaron actividades que fui abandonando, por lo que me costará volver a iniciar algo pasado en un nuevo grupo de personas, aunque solo sea por no caminar solo, tal como hago ahora.

Una ruta que comienzo buscando el tempranero Sol  me hace traspasar la barrera de azahar y  admirar como la banksiae tapiza de amarillo las negras rejas de hierro que ocultan la muralla, un gran paño de muralla escondida en un solitario jardín en la que apenas se vea en esa hora personas en su disfrute, que de hecho dispone  de un par de bancos en ocasiones ocupado por alguien mayor con perros, bajo la amble umbría de una dombeya florecida.

Siempre tuve perros. Ahora no, y aunque me gustaría disfrutar de su compañía no deja de ser un compromiso con el animal, pero la muerte  de mi perrita Bola me causó un gran disgusto tal como para no volver a tener ganas de asumir la responsabilidad de tener otro perro  por más que sepa que estos pagan con generosidad, su fidelidad y cariño.

Tengo información acerca de estos centros de actividades, especialmente para mayores, en las que las inscripciones, con un número determinado para cada llamado talleres  se abren en Septiembre, y los cursos o actividades finalizan en los primeros días de Junio. Debo de esperar al tiempo de las inscripciones  aun pensando que no encajaría, menos cuando se me acaba de ofrecer la participación en algo que me gusta. Nos queda un cálido verano en el que pasearemos al amanecer.

Sevilla a 18 de Marzo de 2023

 Francisco Rodriguez