
Furtivo, martes
El blue monday me llevó temprano a la cama, casi sin sueño, la preocupación de la malasalud y la malaventa, era como si mi propia pandemia tuviera que resolverla en una noche. Trabajo y salud son peticiones para San Pancracio y la covid los hace antagonistas. La salud ante todo, son palabras de quienes tiene en ella su riqueza acaso por ser lo que nunca trabajando alcanzan ser ricos, el trabajo permite vivir al precio de las cosas.
La medicación induce a un sueño ligero y a las tres ya había descansado físicamente, que no la mente que estaba en un alerta continuado de planificación, para un incierto futuro, que parecía nerviosismo propio de atraco a las tres, de furtivo transgresor en el monte en veda. No era hora de empezar nada y menos para hacer planes cuando el picor, como efecto secundario de la medicación, iniciaba el rascar, que basta empezar para arañar de forma inconscientemente consiente cualquier parte del cuerpo.
A la media hora estaba bajo la ducha templada con gel para piel atópica y esponja vegetal exfoliante. Una tila y medio paracetamol, para hacer tiempo frente a la pantalla que volviera el sueño.
Sin duda la mejoría hace pensar que acaso no sea necesaria la temida cirugía y alcancemos el grado de enfrentarnos a la malaventa de una vez, y aplicaremos la enseñanza de este tiempo para evitar una segunda ola, que visto lo que acontece en estas olas de repetición pandemica, se hace prioritario evitar que la hernia discal nos lleve a los hule de la plaza, ahora fanal, donde queda faena. La cogida es grande, pero las manos de Emilio el fisioterapeuta me crean confianza, y el temor de patio de cuadrillas no existe en el toreo de salón.
La calle está demasiado oscura en esta mañana que anuncia que llegaran los nublados días previstos, entro caminando en inútil intento en el grupo al paso de varios jóvenes escolares, ni modo, en poca distancia me sacan varios metros, el tranco es dificultoso, es una prueba casi de “humor amarillo” que en cada paso aparece el infundado temor de la caída.
Demasiado temprano en el fanal que por mil vueltas, en el breve sueño, me vinieron para hacer operaciones de futuro. Un desayuno con medicación en la mesita del bar, el cristal de la ventana permite ver la solitaria calle, será martes triste, acaso miércoles y jueves también, ya pasó el blue monday, el triste tercer lunes de Enero, según America. Tengo mensaje del dentista. En el laberinto pocas salidas. Llegar a casa con el dolor del muslo izquierdo contraturado, implica paso lento y un mal caminar que resiente la rodilla, ambas rodillas.
Toda la recuperación pasa por lograr la sostenibilidad perdida, coincide con el tiempo de la pandemia de malaventa, y sin equilibrio no logramos objetivos de salud ni de trabajo. El próximo martes me atenderá un especialista, tratare de estar en las mejores condiciones en intento de que desista de la cirugía. Posiblemente el domingo amenaza lluvia si así ocurre permaneceré confinado realizando ejercicios para fortalecer el sartorio, y pueda superar el trance.
La sesión terapéutica con imán proyectado en la zona lumbar ha sido complementada con onda corta en el vasto externo y rodilla derecha, el relajante muscular y la reconfortante leche templada nos llevará al descanso de un día de trabajo muscular y sobrada preocupación.
Sevilla a 19 de Enero de 2021
Francisco Rodriguez
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