martes, 12 de enero de 2021

Dia celeste

 

Celeste, azul celeste.

Abandona “filomena” la pequeña estola de blanco armiño, que paseó por esta ciudad que hoy se muestra con la acostumbrada calidez de un Sol relumbrante, y cubierta de un cielo azul celeste, con el que recupera su color, su calor. Debió de ser un regalo que con el nombre de la Santa que le gustaba cantar, pero que no pudo cumplir como hubiera sido feliz en  esta ciudad que verla cubierta de blanco.

No tuve un buen día este que al menos, parece un normal día de los que tenemos cada invierno. La vigilia pudo con el sueño, y la pierna no pudo con el primer paso que antes de caer me devolvió a la cama. Una suerte que ya me dirán, como empezar con un costalazo. No era un buen principio, lo cual me lleva a pensar que al final de la tarde, tenemos dentista.

Desde el taller recomendado, muy recomendado, me comunican que la reparación a realizar lleva piezas a renovar, piezas esenciales que en el desconocimiento  total,  solo me hace pensar que si tienen tan alto precio será porque lo valen, y, miramos en internet, y quiero pensar que algo debe de ser para que estas tengan el costo presupuestado, y solo las que encontré en todas las páginas visitadas estaban en valoraciones sensiblemente inferiores.

La asistenta que me ayuda en la limpieza viene tarde, hace frio, y cuando toma el primer cubo de agua caliente, se queda con el grifo en la mano. Me temo se ha roto un pequeño perno de bronce que obra en el sistema muy obsoleto, ya se me antoja difícil no solo repararlo sino encontrar uno que se adapte al sistema, lo que me hace temer que cabe la posibilidad de tener que cambiar el sistema de cogidas y colocar un nuevo grifo. Hemos tenido suerte, un pequeño tornillo hace de pasador, y por lo pronto funciona. Lleva tiempo en la tareas, y nunca partió nada, hoy después de lo del grifo, acaso algo nerviosa, le resbalaron los platos que se hicieron trizas.

Tengo tiempo para repasar cuentas atrasadas, son de contabilidad casera, cuentas propias que de vez en cuando intento ponerlas al día, especialmente cuando me aparecen tantos gastos. Enero es un mes en el que siempre me veo desbordado. El canino no me ha dejado ni almorzar, y la tensión se ha normalizado, libre de antiinflamatorio.

La soleada tarde invita al paseo. La visita a la clínica dental ha modificado  el tratamiento fisioterapéutico que queda aplazado hasta mañana, es una delicia aprovechar la templada  solanera para calentar los gélidos efectos del paso de “Filomena”, y hacer del caminar un ejercicio recuperador. El día celeste, azul celeste se cierne en azul intenso, que no negro,  y va cerrando el día que pasa confiando, después de tantos contratiempos, tenga un mejor final, y al regresar al menos pueda tomar algún alimento con el canino dispuesto a comerse el resto del día ,y vuelva el descanso perdido.

Sevilla a 12 de Enero de 2021

Francisco Rodriguez

 

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