domingo, 17 de enero de 2021

ojo al ojo (El futuro)

 

Mirarle el ojo

En este tiempo que las lumbares hacen mi confinamiento particular, mi despertador biológico espera que suene el wapsap minutos después del analógico, acaso esta mañana al parecer menos fría que las anteriores  tarda en recibirse, se le pegaron las sabanas, y me llega con los buenos días un chiste con cierto humor a lo que ocurre.

El pescadero del vetusto mercado desaparecido, demostraba la calidad perdida de su plateada mercancía dormida en el blanco lecho de hielo, invitando a voces que miraran el ojo.  Nada como tener buena visualización ictiófaga, y también………. que te conozca un buen profesional.

Salir a ver cómo anda la cosa en tiempo de malas ventas, acaso buscar en el refranero lo del ojo del amo, ya se hacía necesario. Comenzamos la marcha, justo cuando aun el negro cielo se hace más oscuro en la solitaria calle que sombrea los naranjos, el titubeante paso duda en alcanzar los dos mil metros del objetivo. Paso a talón, cambio, a caminar de puntillas e incluso en la técnica china, algunos metros de espalda, hasta llegar al intramuros que hace ver en imperceptible cambio cuando un azul intenso anuncia el orto que se aparecerá visible cuando llegue a  Gerona, viendo como la noche huye por Viriato. Hace mucho frio este amanecer.

Ni que decir tiene que una caminata tan larga desgasta,  y hace ver que aun no se ha producido la recuperación deseada. Un recorrido por el laberinto, donde el adoquinado que dispuso mi amigo Javier, se convierte en un masaje continúo del pie en cada pisada del duro y abultado granito extraído de las canteras de Gerena, que en esta ocasión resulta beneficioso.

Andamos mejor, evidentemente, y los puntos dolorosos de momento son soportables aun sin estar a punto, pero con la seria duda por saber hasta cuando andaremos bien, cosa difícil en este tiempo pues sería cual diablo cojuelo conocer en trancos, recuperar los deseos, lo que sería como saber cuándo concluirá este difícil tiempo de embozado, que coincide con el inesperado resultado del TAC de columna que ha desenmascarado el escape intervertebral ocultado por años.

Ya se hace difícil el diagnostico mirando el ojo, la resonancia magnética tiene más aciertos. En la rehabilitación la magneto deja ver los resultados que el fisioterapeuta  entiende por su conocimiento, alternando la osteopatía manual junto a la onda corta en profesional intento para la recuperación de la estabilidad que  intentamos llevar a cabo.

 En los ojos no se advierte el visaje de cuantas personas en el interior del fanal, nos pasan y gesticulan con sus manos con  saludos de mimo, desconociendo si las conocemos o nos son extrañas. Los ojos son partes del lenguaje al igual que los labios por el momento  ocultos  en el embozo profiláctico. La gente me reconoce, acaso por algún rasgo anterior a esta reciente y extraña forma de caminar.

Apenas hay negocio, está siendo  complicado continuar en perdida, cuando se hace harto difícil generar entradas, y el flujo de salidas es constante cuando no en alza. Veremos qué se puede hacer. No pinta bien, tiene malita cara.

La espiral de ojo del huracán que nos ha sobrevenido, pese a los avisos  y pronostico de los indicadores, nos cogió de lleno y continua arrasando, tanto vidas, como la posibilidad de sobrevivir ante la escases de recursos agotados. Por el momento, lo inmediato se ve preocupante, el futuro si alcanzamos a verle, tendremos que mirarle con otros ojos.

Sevilla a 16 de Enero de 2021

Francisco Rodriguez

 

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