viernes, 15 de enero de 2021

La oca y tiro por que me toca

 

Al paso

Por tres meses, al parecer poco tiempo para recuperar el daño que las lesionadas lumbares producen en la pierna izquierda y la prolongación hasta el mismísimo dedo gordo, lo cual produce además del dolor, una inestabilidad que vamos recuperando. 

Pasito a pasito, no es que quiera prepararme para llevar un costal en el paso del Silencio, pues no podría realizarlo en la Amargura, ni tan siquiera intentar cruzar el paso de peatones de Abey Roard en el compas amplio de pisadas del cuarteto de Liverpool uno Sevilla fc dos.

Lo mejor está por llegar, por ahora las terapias van dando los pasos que las caminatas agotan, toda la energía acumulada no da para más por el momento. Ni tan siquiera me planteo hacer el prusiano paso de oca, tan del gusto de indios y pakistaníes que rivalizan en elevarlo al cubo en el paso fronterizo, tampoco realizar el paso de la garza como un evzon griego, ya me valiera caminar con cierta rectitud.

Lastra tener que tirar elevando ligeramente a cada paso toda la musculatura de la pierna que en cojetadas va realizando un oblicuo izquierdo, tal que fuera a echarte de la acera como el abanico de la serpiente multicolor. La pierna cada tarde recibe una carga al modo de batería agotada donde los cables permiten el arranque, una tabla de ejercicios complementarios y andar, andar y volver andar, como siguiendo los pasos del sabio de Hortaleza para ganar el partido.

El paso oblicuo ejercicio fundamental en el contracambio de la doma en la alta escuela tiene alta valoración en los concursos equinos, a cada paso evito torcer ese espacio que al avanzar va realizando un camino involuntario, acaso estar bajo el signo del centauro me hace pensar esta tontería, pero que en ocasiones para no tropezar ni caerme tengo que pararme y reiniciar, talón, planta, punta con elevación suficiente para que no arrastre el zapato.

Desde que me compre el móvil nuevo, al que no saco más utilidad por desconocimiento de todos los usos que me ofrece, recibo tal cantidad de llamadas de números extrañísimos que por nada del mundo atendería, cuelgo de inmediato. En ocasiones me llama la atención e incluso aparece la tentación de cogerlo, debe de ser el efecto confinamiento. Por suerte cada mañana me llega un mensaje gratificante, cierto que es bien temprano, lo cual es bueno para empezar cada día aun permaneciendo confinado, lo que permite hacer una tabla de ejercicios antes del ritual que para salir me lleva como una hora, y el recorrido media.

He recogido del taller mi viejo coche, treinta y cuatro años sin quejarse y pasando ITV como si tal cosa, siempre fue un campeón. Por lo que he pagado en el taller, me dicen que podía haber comprado al menos dos automóviles, pero no serían el mío, creo que he dado un buen paso por más que sepa que algún día irá a un desguace. Cuatro amortiguadores nuevos, para darle la renovación merecida a tantos años que me llevó a donde quise ir.

 De nada sirven los excesos, caminito amigo, solo andar y andar los caminos y alguien a estas alturas comprenderá que la vida dura lo que dura el viaje si tienes un buen coche en el que confiar. Al tiempo.

Sevilla a 15 de Enero de 2021

Francisco Rodriguez

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