lunes, 18 de enero de 2021

Almendrones de Cuba

 

La prueba del nueve

Cada día es una prueba que hay que superar, y cada día se hace más difícil, la pandemia ha venido a estropearlo todo y se ha juntado el hambre con las ganas de come, y así no hay forma de salir del bucle de mayores gastos menores ingresos. Cada día me pongo a prueba y creo que estoy restablecido de la hernia discal que me invalida, pero la realidad vuelve en los cien primeros pasos. Es posible que si realizara trabajo sentado, lo peor sería levantarse de la silla e incorporarme en doloroso intento de iniciar la marcha. Aprieta el sartorio.

El realizarlo de pie aunque sea en jornada disminuida (pues no podría ser de otra forma), tiene el hándicap que, debido a la mala combinación de servicios urbanos el desplazamiento caminando con un paso inseguro condiciona un esfuerzo que deja de ser la prueba del nueve, para comprobar los resultados.

En el monitor aparecen cantidad desmesurada de ofertas médicas, incluso de las mejores empresas dedicadas a la salud, ofreciendo las distintas técnicas para eliminar la dolencia de columna, incluido el sacro, y mi cita con traumatología tiene la previsión de mediados de Abril. ¿Qué resultados pueden darse?

La dosificación prescrita de antiinflamatorio, aun siendo pequeña queda suprimida por cuanto el dolor ya se hace tolerable, y los clásicos analgésicos pueden vencerlo, es la prueba diaria que los ejercicios evitan los efectos que la toma de aquel produce y eleva la tensión arterial. Por suerte la atención que recibo telemáticamente del médico de familia es suficiente y muestra el mayor interés para mantener a raya esta dolencia, relajante y analgésicos, para que en la brevedad posible quede en stand by, por lo que no podremos descartar una recuperación de lo que por el momento demoramos de la cirugía.

He vuelto a conducir, tengo mi duda en la fuerza del pie que pisa el embrague , y por el momento entraron las velocidades sin rascar. Hago un recorrido corto que no llega a los veinte kilómetros, es la distancia de mi casa a mi casa, y otros veinte para la vuelta, mi coche estrenaba amortiguadores y sigue siendo un campeón, no podré pintarlo pues tanto tiempo en malaventa no permite gastos de aderezo, acaso cuando vuelvan los ingresos lo mismo le dedicamos una operación recuperadora, treinta y ocho años no es nada, lo peor es que no encontramos ningún repuesto siendo modelo de 1983. En Cuba aun funcionan los grandes chevrolet descapotables, cadillac, llamados almendrones modelos de los 40 y 50 que son joyas, como mi campeón. En cuanto se regenere el mercado, y estemos en condiciones de nuevo haremos negocio, y mal se me tendría que dar para que no le recupere. Ni haremos cuentas que valgan, la prueba del nueve no saldría cuando hay sentimientos. Probando, uno, dos, hola, si, probando. No hará falta.

Sevilla  a 18 de Enero de 2021-

Francisco Rodriguez

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