
Era una especie de pregunta a lo inexplicable. Son palabras
de Zoido, palabras dadas cuando en los primeros meses, de este cuatrienio que se acaba, volví a
insistirle sobre lo de la puerta. ¡Pero, como!, una exclamación de total
sorpresa, pero como que no se había instalado la puerta en lo de la Encarnación.
No sé cuantas veces le he transmitido que lo de la puerta no
es como, sino una total desobediencia a la propia Ley de Accesibilidad, pero
ahí estamos en el desgaste que supone tener que recordar a nuestro máximo responsable
que esto de la puerta no es ninguna broma, e imagino que tampoco lo puede ser
para la persona que tiene la máxima responsabilidad sobre esta edificación que
vulnera no solo el PGOU, cuya sentencia parece que acabará en los cajones bajo
llave, que obvió el reglamento de mercados municipales vigentes, con la
cantidad de personas que tanto en la parte técnica de la construcción, como en
la propia delegación de consumo, y quien dice que también en la gerencia de
urbanismo, podían haber estado al loro en lugar de consentir lo que allí se estaba
realizando, e incluso llegar a
recepcionarse con fallos clamorosos que se aprecian a simple vista.
Que no pase nada es lamentable, que no se ponga ningún remedio,
que no se ofrezca ninguna respuesta preocupante. Que la propia Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía
este vulnerada por un caprichoso icono, que la Ley FERAEE, y las normas de
sostenibilidad en los edificios públicos de nada sirvieron si se omitieron las células
fotovoltaicas para el ahorro energético. Sencillamente para preguntarse ….pero,
como.

Ni que decir tiene que las pesadas hojas de las que se
instalaron, absurdamente de dos en dos, cuando podían estar en mejor distribución
en la sinuosa calle cubierta, en la que lejos de llegar a ser la prolongación de
la 5ª Avenida de Nueva York, tal como
aquel vicealcalde llegó a imaginar, se está convirtiendo en un lugar degradado
sin atractivo comercial en cuanto algunos locales han cambiado mas de manos que
años llevan en el ejercicio, y eso no hace sino confirmar el error de lo
llevado a cabo demostrando que no se hicieron los estudios para la optimización
de los negocios. El caso es que repugna tener que tocar los pomos de las
puertas.
Lo más lamentable es que para quien como máximo responsable
es conocedor de la Ley de Accesibilidad, siga permitiendo que esta continúe vulnerándose, pero, como. Ya
ven.
Sevilla a 27 de Noviembre de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
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