jueves, 27 de noviembre de 2014

Pero, como

Era una especie de pregunta a lo inexplicable. Son palabras de Zoido, palabras dadas cuando en los primeros meses, de este cuatrienio que se acaba, volví a insistirle sobre lo de la puerta. ¡Pero, como!, una exclamación de total sorpresa, pero como que no se había instalado la puerta en lo de la Encarnación.
No sé cuantas veces le he transmitido que lo de la puerta no es como, sino una total desobediencia a la propia Ley de Accesibilidad, pero ahí estamos en el desgaste que supone tener que recordar a nuestro máximo responsable que esto de la puerta no es ninguna broma, e imagino que tampoco lo puede ser para la persona que tiene la máxima responsabilidad sobre esta edificación que vulnera no solo el PGOU, cuya sentencia parece que acabará en los cajones bajo llave, que obvió el reglamento de mercados municipales vigentes, con la cantidad de personas que tanto en la parte técnica de la construcción, como en la propia delegación de consumo, y quien dice que también en la gerencia de urbanismo, podían haber estado al loro en lugar de consentir lo que allí se estaba realizando,  e incluso llegar a recepcionarse con fallos clamorosos que se aprecian a simple vista.
Que no pase nada es lamentable, que no se ponga ningún remedio, que no se ofrezca ninguna respuesta preocupante.  Que la propia Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía este vulnerada por un caprichoso icono, que la Ley FERAEE, y las normas de sostenibilidad en los edificios públicos de nada sirvieron si se omitieron las células fotovoltaicas para el ahorro energético. Sencillamente para preguntarse ….pero, como.
Las puertas de esta laberíntica plaza municipal de abastos, por su aleatoria colocación hace que,  en la experiencia demostrada de los cuatro años pasados, no hace más que confirmar el total desacierto cuando crea el mas destartalado espacio anti comercial, y que en cierta medida tendría algún mejoramiento con la puerta automática en la fachada de poniente, haciéndola coincidir con la travesía central, dicho sea de paso que sea esta la única que quedó sin puerta, dándose la circunstancia que la primera travesía le dispusieron nada menos que tres puertas.
Ni que decir tiene que las pesadas hojas de las que se instalaron, absurdamente de dos en dos, cuando podían estar en mejor distribución en la sinuosa calle cubierta, en la que lejos de llegar a ser la prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York,  tal como aquel vicealcalde llegó a imaginar, se está convirtiendo en un lugar degradado sin atractivo comercial en cuanto algunos locales han cambiado mas de manos que años llevan en el ejercicio, y eso no hace sino confirmar el error de lo llevado a cabo demostrando que no se hicieron los estudios para la optimización de los negocios. El caso es que repugna tener que tocar los pomos de las puertas.
Lo más lamentable es que para quien como máximo responsable es conocedor de la Ley de Accesibilidad, siga permitiendo  que esta continúe vulnerándose, pero, como. Ya ven.
Sevilla a 27 de Noviembre de 2014
Francisco Rodríguez Estévez


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