sábado, 29 de noviembre de 2014

De visita

Con sobrada titulación, prestigio, y conocimiento sobre edificaciones el visitante, en lo de la Encarnación, puede apreciar en el interior del laberinto, cuando menos, que falta una puerta.
 Para empezar no es mal asunto este que siendo advertido a primera vista, pueda tener si el quisiera la divulgación suficiente para que llegue las veraz información a los lectores, desde el medio en el que como colaborador participa con artículos de opinión.
Si en cuanto lo de la puerta evidencia que tal error debería de ser subsanado de inmediato, y va para cuatro años, puedo compartir, aun siendo lo de la Encarnación algo descabellado, pero que ahí le tenemos, pues que no queda más remedio.
Cabe la posibilidad de que su opinión escrita, lo mismo tiene más motivación en las responsabilidades, que en la Encarnación son dos, y se instala la puerta, pues difícil seria que rectificaran las alineaciones modificadas de manera arbitraria, y que fuer cosa consentida por mirar hacia otro lado en lugar del que se debía.
 De las fotovoltaicas mejor ni hablarlo, ya sea porque lo de la sostenibilidad  es insostenible,  ni mucho menos comentar lo de la contaminación visual que afecta a la fuente, según la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, y que nada tiene que ver con la que puede acarrear las salidas de aire caliente dispuestas en lugares inadecuados, y menos con la que puede producir las partículas odoríficas en suspensión ante la falta del sistema de renovación de aire.
El visitante sabe perfectamente, por cuanto es experto con sobrada titulación en edificaciones, que la diafanidad de la laberíntica plaza de abastos municipal tiene algo más que guasa, especialmente cuando se cuentan hasta treinta y seis enorme columnas entorpecedoras, que pudieron bien ser integradas dentro de los puestos.
Lo de la sinuosa calle, llamada por el vice alcalde Carrillo nada menos que la  prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York, viene a ser, como lo del  desacertado pavimento, o la pésima calidad de los materiales empleado en los puestos, que no se olvide que tienen una valoración de cuatro millones cuatrocientos mil euros por el equipamiento.
Posiblemente después de esta visita lo mismo se decide y escribe en su columna algo de lo que le invitado a ver,  evidentemente fuera aparte de lo de la puerta y la Ley de Accesibilidad, con lo que por higiene lleva tener que tocar los pomos y agarraderos de las pesadas hojas de las aleatorias puertas, pero donde podemos dejar los enchufes sin protección al alcance de los menores.
 Estas deficiencias muestra que no se ha tenido ninguna voluntad de llevar a cabo la necesaria rectificación, lo que evidencia que ni en la concesionaria, ni en el Ayuntamiento se observa el mas mínimo interés por este espacio municipal, cuya epatante cubierta para nada era el objetivo en el concurso de ideas para la recuperación de la plaza municipal de abastos, aquella que en palabra del doctor metido a alcalde, se devolvería la dignidad a los pobrecitos placeros, que llevan tantos años sufriendo bajo el asbesto de una provisionalidad de los tiempo del dictador, para que vuelva a ser la sinergia del sector, la locomotora del decadente comercio, en un mercado emblemático.
Espero que su artículo, por su prestigiosa firma, sea lo suficientemente motivador para que nuestro Alcalde disponga,  cuando menos que se cumpla con la Ley de Accesibilidad, pues la de Patrimonio, la FERAEE, el PGOU, las normas de Sostenibilidad,  y que las que se contemplan en el soslayado Reglamento de Mercados Municipales de Abastos, posiblemente se llevaran a cabo en otra circunstancia en la política municipal.  Será pues otra visita. Puro teatro.
Sevilla a 29 de Noviembre de 2014
Francisco Rodríguez Estévez


No hay comentarios: