domingo, 9 de noviembre de 2014

Cuentas

A este misterio de la Encarnación, sumido en las irresponsabilidades mas caprichosas, en lugar de buscársele soluciones serias, siempre le están inventando cosas. Por eso de los plazos, que no créditos, le adjudicaron el inicio de no se sabe bien qué, pero que ni es el de una nueva fase que con todas las comenzadas será otra más, ni por la retirada de los plásticos que cubren las piedras, menos la primera, que vaya usted a saber por dónde andará, ni mucho menos que pudiera ser el aterramiento de la inútil rampa, para recuperar de nuevo el trazado del modernista ensanche de la calle Imagen.
Lo que sea debe ser importante para que cueste el pastón que se le consigna, aunque lo mejor de todo es que no se inicia la eclosión de los micelios del micologico conjunto, pues falta saber las valoraciones que tengan, según calidades mínimas tras el obligado recorte, y porque nada comienza por el tejado.
Por cuestiones económicas, parece que no será posible de momento, poner en valor todo el rico patrimonio encontrado en el solar de la Encarnación, menos concluir la totalidad de las excavaciones, con las nuevas “sorpresas” que nos depare, ya que son partidas que no están recogidas en ningún presupuesto y por lo tanto tienen que esperar que les llegue el turno.
El rescate de la concesión a la constructora, el costo de las obras realizadas, la cancelación del anterior proyecto, las pantallas y sus anclajes, el trabajo de los historiadores y los operarios especializados, la vigilancia del yacimiento, y lo de la rampa, todo ello supone un montante que con seguridad  se incrementara con sus correspondientes intereses del año de demora que se lleva esperando que se paguen, o que algo mágico suceda, como en otros casos.
No puede caer en el olvido lo del coleante millón de euros, que igualmente llevara acompañado sus intereses, para evitar otros problemas de lenta solución.
Se está quedando corto esto de los hongos, pero no solo en la altura de su cubierta rebajada a los límites de saldo por liquidación, como los comercios de la zona. Se está quedando corto todo, si todo sigue los precios de la construcción y la gasolina, por no recordar a como salen ya las multas de tráfico y la grúa municipal. Tal vez la anunciada horquilla de valoraciones, de 35 a 40 millones de euros, quede tan solo para abonar todo el acumulado adeudado y pueda cerrarse lo que se llamaría cripta museística.
No caben dudas de que para la plaza de abastos tendremos que esperar, no solo para conocer el alcance de su costo, más bien hasta que se encuentre algún edificio que acompañe al del Hotel Milagros, antes “hacienda somos todos”, para que con su venta equilibre el presupuesto antes de cerrarse.
Sevilla a 20 de Octubre de 2004
Francisco Rodríguez Estévez


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