lunes, 28 de marzo de 2011

Risas para todos

Metropol

Una vez perdida la vía del metro que le llevo hasta plaza nueva, como este metro-centro, al que acabaran por llamarle tranvía, Metropol tambien ha perdido el apellido paterno, que le venia por lo de metro de toda la vida, y no por metropolitano, como el templo catedralicio que dicen que lo hicieron unos por el simple capricho de que les tomaran por locos.
Metropol, tampoco tiene como referencia el área metropolitana de la gran Sevilla, sencillamente por que la línea va para Monte Quinto, y la de la Encarnación resulta que lo que estorba para que pueda llegar la imposible línea dos, es nada menos que la cimentación del propio Metropol. (De la estación Metropol-Parasol)
Sea por lo que fuere, lo de la Encarnación, ahora mundialmente conocida como Plaza Mayor,(como la película) por aquello que hay quien la encuentra de cine, tambien llamada de las Setas, (acaso por setapé), por aquello de la alianza, en su día llamado pacto de progreso, ¡Ay Alameda! , así como tambien se la conoce como Champiñón, por la influencia inspiradora en los cimborrio de la Metropolitana-Patriarcal Iglesia Catedral de Sevilla, con las reservas que pueda tener en caso de caída premonitoria que tuvo por los “inocentes”, que no por la nieve, pero eso de eme de Metropolitana y Metropol, junto con pe, de Patriarcal, de parasol, tiene su guasa, cuando menos su vaticinio, tal como “Emblemático” y “Peligro” (dos gatos) nos dejaron en su pelea territorial, caer.
El caso es que aquello lo tenemos allí, y que se obró según su palabra, como si de una IN-Augur- acción, se tratara, o lo que es lo mismo una acción sin pronostico, y mira por donde mutó a parasol precisamente cuando el día mas corto apareció gris.
Lo que ocurre en estos casos, de chiste fácil, no es la gracia, si no que se la rían. Por eso entre risas de reír gracias, y risa de reirse de la gracia, como que varía.
El medico se salió con las suyas, y solo contra el mundo nos deja la gracia, solo contra el mundo nos deja, se marcha. Solo contra el mundo, se queda, pero solo contra el mundo, hasta las elecciones.
Nosotros nos quedaremos, unos riendo la gracia, y otros riendo la gracia. Las dos gracias. Sevilla la ciudad de la risa. Sevilla, ciudad de la gracia.
Solo cabe imaginar que esto es una prescripción medica que nos regala como galeno, pues es sabido que la risa alarga la vida, y lo de la Encarnación no deja de ser tratamiento, aunque no se sepa como.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 28 de Marzo de 2011

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