martes, 25 de noviembre de 2008

Ingredientes

Tres cosas

A quien escribe a diario una de las mejores columnas periodísticas del momento, le preguntaron recientemente por la formula que empleaba. Con sencillez respondió: fundamentalmente que entretenga, a ser posible que conmueva, y sobre todo que haga pensar.
Había olvidado decir, quizás intencionadamente, tener los valores de un superclase, conocimientos de erudito, preparación master, licenciatura “cum laudem”, capacidad de análisis, y dominio del lenguaje, entre otras muchas más cosas que atesora.
El amateurismo que ejerzo a través de esta sección de cartas, me hace reconocer los meritos de quien tiene que llenar cada día la hoja en blanco.
Ni imaginaba que podría llegar a escribir tantas, acaso fuera debido a que, sin saberlo, estaba utilizando los elementos bases, por mas que careciera de todos los demás.
Que haga pensar. Al menos ese es el intento de estos escritos que con el estilo “papuchi”, (raro, raro), siempre tienen a “esta” Encarnación, que antes fuera plaza de abastos, como motivo y causa. A tal efecto, intentan, e incluso en ocasiones logran, que no caiga en el olvido nada de lo que ocurre en este lugar, y que, aun sin proponerlo, si estos no hace pensar, cuando menos aparezca un fugaz recuerdo, el que se tenga, hacia la plaza de abastos.
Que entretenga. No resulta facil, pero buscando algo que pueda enlazar, lo mismo valen historietas que historia, noticias que anécdotas, declaraciones que comentarios, frases solemnes que paparruchadas, al objeto de que venga al pelo con esta Encarnación desnaturalizada con el fin de que no llegue, aunque pocas veces se logra, el temido aburrimiento del lector, y observe en estas líneas mas de lo mismo, de una rutina que linda con la pesadez.
Que conmueva. Complicado es encontrar este tercer ingrediente de la mixtura que, por desconocer la dosis correcta, en contadas ocasiones se acierta el justo punto. Tal vez utilizando la perseverancia, como sucedáneo, sin que esta llegue alcanzar poco más que un buen sabor de boca, sea lo que sin llegar a conmover, deja, por la machacona constancia que, en ocasiones, tengan vuestro reconocimiento, y eso si que es conmovedor.
Sevilla 25 de Noviembre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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