viernes, 28 de noviembre de 2008

En las Canarias

Folía de la Encarnación

No piensen que se trata de un nuevo atraso en las obras, aunque por el ritmo, más de milonga que de folía, así lo parezca. La folía se trata de un cante, un ritmo propio de las Islas Canarias, que se acompaña con el timple, bandurria, guitarra y contrabajo.
Esto lo se por que a través de un concurso, algo así como un “Se llama copla” que emite la televisión canaria, que explica y difunde su folklore. El concurso se llama “parrandiando” aunque lo lógico seria parrandeando, que es lo que hacen las parrandas, si mal por aquí los parrandas suelen hacer cosas muy distintas.
El esquema musical es la competición de tres agrupaciones que interpretan cuatro piezas, primero la famosa isa, de los crucigramas, luego, la folía, se dice que es el sentir profundo, le sigue la malagueña, que viene a ser una malagueña pero a cámara lenta, y por último el tema libre. Tal como una replica en su formato audiovisual, pero sin teatro y rodeado de publico, de la estructura del concurso de coros, en el carnaval gaditano, primero la presentación, los cuples, los tangos, y finalmente el popurrí, pero el jurado no falla, como en el concurso de lo de la Encarnación, allí aciertan de pleno, pues son los mismos participantes los que puntúan las actuaciones.
Cada jueves me siento enganchado por esta música, especialmente por la folía, que desconocía totalmente, y aunque pareciera repetitiva, pues el verso lo cantan del derecho y del revés excelentes voces, llama poderosamente la atención lo que dicen sus letras, al punto de que ni me podía imaginar que la Encarnación tuviera una canción dedicada. Esta folía de la Encarnación, estuvo interpretada por la parranda, “Vengavino” de Tenerife, siendo coreada por el numeroso publico presente que asiste a los estudios de grabación, y cuyo texto dice así: Encarnación que te pierdo, por la falta de razón, ¡ay, amor!, si pudiera salvarte mi corazon. ¡Ay, amor! ¡Ay, amor!, todo el mundo está en tu contra, y yo solo a tu favor.
Sevilla a 27 de Noviembre de 2008
Francisco Rodríguez Estévez

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