martes, 25 de noviembre de 2008

Carta a los vientos

Herreraenlaonda
Mí admirado D. Carlos:
Como imagino, no le será ajeno todo lo que viene sucediendo en esta ciudad de Sevilla, que tan bien conoce. Es cierto que de vez en cuando, especialmente desde la iniciativa privada, nos regalan admirables lugares tal como Abades-Betis, desde donde tuvo a bien hacer su programa radiofónico y que por su difusión pasó a ser como una invitación para su visita a todos sus oyentes.
Desgraciadamente sucede que, desde lo publico, otros edificaciones y lugares sufren, cuando no la ocurrencia llamada de vanguardia, (Alameda, Encarnación, Prado), o lo peor, padecer el denigrante abandono, que la responsabilidad tan bien ejerce.
Tal es el caso de la Fábrica de vidrios de la Trinidad, un bello edificio que seguramente conocerá, y que fue la primera cooperativa de Andalucía, con un historial a la altura de Murano, o la Granja.
El centenario complejo industrial se encuentra cerrado desde hace ocho años, sufriendo el vandalismo y el expolio, deteriorándose en el abandono oficial, a pesar de tener la protección de bien cultural (PIC), y según la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, tiene valores que se le niegan, recogidos en el apartado de Patrimonio Industrial.
Al poco de su cierre se creó la Plataforma para salvar de la piqueta este edificio singular. Todo parece inútil. Ni se imagina el esfuerzo que este grupo viene realizando a tal fin, pero que no encuentra el respaldo de la sociedad, y menos el de la responsabilidad publica, hostil y como ajena en el asunto, para salvar un magnifico edificio y conservarlo en su integridad.
De poco han servido la recogida de firmas y los escritos, acaso creen que por insuficientes no merezcamos ser atendidos. La indolencia, tal vez por que el mensaje no llega al gran publico, no valora el esfuerzo que se lleva realizado con cuantas iniciativas hemos tomado, para concienciar a la opinión publica.
Tras la ultima reunión, que acabamos de celebrar, se me ha ocurrido, sin pensar en los detalles, pedirle que seria genial que algún día su programa pudiera emitirse a las puertas de este edificio cerrado, expoliado y ruinoso, tal vez con una unidad móvil, pensando que con la credibilidad de su voz, la ciudadanía respondería, o cuando menos a la responsabilidad. Así, el Palacio Pumarejos, el huerto del Rey Moro, la fabrica de sombreros Roche, las Reales Atarazanas, El jardin arrancado del Prado, la Alameda y la Torre Pelli, junto con lo de las setas, serian marcos incomparables.
Reciba con mi reconocimiento un afectuoso saludo
Sevilla a 18 de Noviembre de 2008-
Francisco Rodríguez Estévez

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