martes, 15 de junio de 2010
Esta bien eso de que
en las actuaciones que se establezcan, como en el caso del metro, por aquello
de concretar las estaciones que puedan construirse en el centro de sensible cimentación
del viejo caserío, qué todas las propuestas efectuadas puedan parecer
razonable.
Bien, en el Duque, o en la Encarnación, en San Pedro, o en Ponce de León, son los lugares razonables que se barajan para que, en el caso de que algún día el metro recorra bajo tierra el eje divisorio de la ciudad, la opción más razonable siempre seria la estación de la Encarnación, por muy irrazonable que pueda ser el llamado icono rosa, capricho micologico, también conocido como el proyecto imposible, y porque avergüenza tanto gasto y confesar que con tanto que se ha ido de las manos.
Si algún día, cuando sea, no hace falta por motivos razonables, que se tengan que ponerles fechas inaugurales a la posible estación del metro de la Encarnación, esta vendría a completar al inconcluso Metropol, teniendo en cuenta que en esto de la Encarnación todas las dudas son razonables.
Que si no pega el pegamento, se inventa y se patenta el que haga falta. Que la madera está en Finlandia, se alquila una nave en un polígono industrial, Que falta dinero, se aprueba aportar la cantidad necesaria, con el razonable voto de calidad. Que se olvidan las células fotovoltaicas para la sostenibilidad, que además son obligatorias, pues lo razonable es hacer como que no se quiere saber de qué va la cosa.
Todo parece razonable, pero querer inaugurar aquello sin que esté terminado, es tener ganas de cortar una cinta. Cuanto más razonable no seria, darle tiempo al tiempo, y si tal empeño recayera en otra persona, en otro signo. nadie, absolutamente nadie en la vida, podría negarle la obstinación empleada en materializar el icono de un tiempo, es mas, incluso parecería razonable que la calle cubierta, la de nueva creación, podría recordar con toda la razón, dedicándole al recuerdo del doctor, el hoy oscuro pasaje, que algún día puede ser convertido en la principal vía de intercomunicación intermodal.
Lo que no parece razonable es que en pleno agosto, los alemanes tengan que pegar las seis setas “a la misma vez”, cuando los plazos están establecidos entre 12 y 14 meses, en el caso de que no se tenga el menor contratiempo, con esta razón, están a tres turnos diarios, que menos que aquello tenga una duración de 4 meses, y duplicado el salario de los técnicos, en el turno de tarde, y cuadriplicado los sueldo en el turno de noche. Son los razonables costos de las prisas.
Bien, en el Duque, o en la Encarnación, en San Pedro, o en Ponce de León, son los lugares razonables que se barajan para que, en el caso de que algún día el metro recorra bajo tierra el eje divisorio de la ciudad, la opción más razonable siempre seria la estación de la Encarnación, por muy irrazonable que pueda ser el llamado icono rosa, capricho micologico, también conocido como el proyecto imposible, y porque avergüenza tanto gasto y confesar que con tanto que se ha ido de las manos.
Si algún día, cuando sea, no hace falta por motivos razonables, que se tengan que ponerles fechas inaugurales a la posible estación del metro de la Encarnación, esta vendría a completar al inconcluso Metropol, teniendo en cuenta que en esto de la Encarnación todas las dudas son razonables.
Que si no pega el pegamento, se inventa y se patenta el que haga falta. Que la madera está en Finlandia, se alquila una nave en un polígono industrial, Que falta dinero, se aprueba aportar la cantidad necesaria, con el razonable voto de calidad. Que se olvidan las células fotovoltaicas para la sostenibilidad, que además son obligatorias, pues lo razonable es hacer como que no se quiere saber de qué va la cosa.
Todo parece razonable, pero querer inaugurar aquello sin que esté terminado, es tener ganas de cortar una cinta. Cuanto más razonable no seria, darle tiempo al tiempo, y si tal empeño recayera en otra persona, en otro signo. nadie, absolutamente nadie en la vida, podría negarle la obstinación empleada en materializar el icono de un tiempo, es mas, incluso parecería razonable que la calle cubierta, la de nueva creación, podría recordar con toda la razón, dedicándole al recuerdo del doctor, el hoy oscuro pasaje, que algún día puede ser convertido en la principal vía de intercomunicación intermodal.
Lo que no parece razonable es que en pleno agosto, los alemanes tengan que pegar las seis setas “a la misma vez”, cuando los plazos están establecidos entre 12 y 14 meses, en el caso de que no se tenga el menor contratiempo, con esta razón, están a tres turnos diarios, que menos que aquello tenga una duración de 4 meses, y duplicado el salario de los técnicos, en el turno de tarde, y cuadriplicado los sueldo en el turno de noche. Son los razonables costos de las prisas.
Pero acaso por todo lo
más razonable puede que sea no precipitar las cosa, pues el momento, con un
anuncio de huelga general la razón hace pensar que lo de la Encarnación es algo
que se debería dejar para más adelante, no sé, para cuando llegue el metro, por
ejemplo,, tal vez cuando los placeros se jubilen, acaso, cuando se sepan los
costos, cuando abra sus puertas el “antiquarium”, y por qué no cuando estén
funcionando las torres de refrigeración con energía sostenible, a ser posible sin
incubación de salmonella, en fin, cualquier día que parezca razonable, ¡Pero en
Agosto!, ------------y la maquina dice,(de forma razonable),que dice la verdad.
Sevilla a 16 de Junio de 2010-
Francisco Rodríguez
Sevilla a 16 de Junio de 2010-
Francisco Rodríguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario