jueves, 20 de agosto de 2015

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Formas de crecer

Me encontraba en aquel santuario de libertad, que es la palabra, escuchando en el oratorio los panegíricos que los co-celebrantes, justamente hacían, del oficiante biblocantano. Tenía coartada, para justificar mi presencia, él me conoce.
Allí me encontraba junto a tantos ilustres y me sentía tranquilo entre tanto docto personal, justo sentado frente  a esa mesa de operaciones idealistas, que nos hacia referencias de un reciente pasado que nos permita avanzar con su conocimiento hacia un futuro que permita evitar los errores cometidos.
Desde Galicia, Cesar Portela trajo en su verbo la gracia, el duende y el desparpajo andaluz, y el dulce timbre de Daniel Álvarez llenó su parlamento de saudade, de morriña de otro tiempo, intercambiando sus papeles. Ciencias por Letras, Finisterrae por Al Andalus y viceversa, para dar paso  al interviniente.
El titubeo inicial, debido a la emoción, por las contracciones del encaje, encontró la firmeza de sus convicciones al percibir el silencio de quirófano que se hizo, y que con expectación aguardaba la salida de esta obra unigénita, de momento, que describía en pequeñas fracciones  todo  el proceso.
 Desde su concepción en la alacena de la casa-patio, gestada en el marsupio de su memoria, y amamantada en el pezón de la constancia aquello creció en la amniótica bolsa de recuerdo, de ilusión y de cariño durante años para llegar al delicado momento de romper aguas en el pre parto.
Desde la paternidad Antonio Barrionuevo confiesa que no tiene intención de regalarle un hermanito al neonato que viene al mundo en esta tercera vivienda, que junto al propio cuerpo, como primera y el domicilio, como segunda, es esta anárquica ciudad que crece arbórea y sin proyecto, donde muralla, río, y ferrocarril impiden la cuadricula ordenada, y diagonales que la crucen en un viario racional pues creció guardando las fisonomías de las mil huertas que, cuando sus propietarios cansados del almocafre decidían  vender a promotores.
La cuarta vivienda en mi caso es el mercado de la Encarnación, en el que estoy pasando provisionalmente la vida esperando El Emblemático, como si del propio Godor de tratara, y acabara definitivamente tanta espera.
El  arquitecto co-presentador Cesar Portela, de sobrado prestigio, como lo de las Bases del concurso de ideas, me comentó que en Pontevedra, ha reconstruido el mercado de abastos, con 280 puestos, número cercano a los 320 de la Boqueria de Barcelona e igualando al Central de Valencia.  Son formas de crecer las ciudades y con ello sus edificios públicos. En San Sebastián se está construyendo, mientras aquí estamos en fase concursal, otro de 220 puestos.
Resultado de imagen de concurso de la EncrnacionPobre me parece, después de tanta provisionalidad y espera, reducir a los placeros de la Encarnación, y limitar a 50  el número de puestos, con las cifras que se tienen en otras ciudades anteriormente expresadas,  para este de la Encarnación llamado por el propio Alcalde como Emblemático de Sevilla, pues ya deja cuales son las intenciones del ayuntamiento, pues esta plaza municipal de abastos nos aparecerá sin aspiraciones para que pueda ser grande y menos si tal como se lee en las bases para el mismo además pretende colmatar el lirismo del lema concursal, más parecido a la filacteria de una corona de flores funerarias de claveles purpuras y fárfaras depositadas en la pesada losa donde quedará para los restos, y que reza en letras  posiblemente de duelo, que lo de la Encarnación  escribe su epitafio  donde tanto fue no queda nada, aunque ponga  Mercado, Plaza, Puerta, Puerto, Estación, Aeropuerto, Puerta, Plaza y Mercado. Además faltaron las letras de intercambiador modal, terminal de Tussam , parada de metro, y cripta museística de la Pequeña Julia. Demasiado, como para escribir un solo libro. Así crece Sevilla.
Sevilla 8 de Noviembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez


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