miércoles, 5 de noviembre de 2014

Solo ante el peligro

El combate es desigual, fuerza contra razón. Desde el comienzo de este asunto de la Encarnación, pero de un tiempo a esta parte parece que va la cosa equilibrándose. A la razón se le suman nuevas fuerzas, y la fuerza del poder se va quedando sin razonamientos, aunque atrincherada en el pacto, sostiene un pulso sin dialogo,  agotando en silencio, los días y los plazos.
 El golpe de la rampa, hecho consumado, ahí está, tal como la dejaron. Un golpe bajo, de los que hacen daño, y causan un deterioro que no tardará en causar efecto, una inutilidad  espectacular, al tiempo, y todo propiciado bajo los auspicios de dos responsables, Trafico y Obras, que eliminados de sus propias listas, se tuvo en la precipitada solución para reabrir la calle Imagen, que los Magos de Oriente tomaran otro itinerario.
 Ahora, esas vallas que oculta lo que  sucede en su interior de toda mirada, impiden que la Esperanza pueda acercarse, cuando le cambia la cara, al mercado. Este annus pervesus, sin Magos , y  sin Esperanza que  se asomen al vallado, la televisión nos ofrece la destrucción del de Shula, y las casas bagdadíes, corriendo las suertes de las de  Isbilya.
¿Qué pasará con las que nos legó el Imperio? Al no tratarse de edificios monumentales, a las autoridades en el siglo IV no le gustaba esta zona marginal y conflictiva, residuo urbano de una molesta tresmil  del momento, con el temor que en estos reciba el mismo trato destructivo, a fin de regenerar la  zona.
 La evolución del hombre para esto. El silencio de la razón con su fuerza,  y el desprecio del poder con su propia debilidad, dos mil años en enfrentamiento permanente, no dejan  duda de que, todo se te llena de amargura.

Sevilla a 7 de junio de 2005

Francisco Rodríguez  Estévez

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