Tras la reja
Un día mas nos dependimos en la gran reja que nos separa, por suerte esta vez, como otras tantas, tiene la carga de risa en lo que nos sucede.
Hoy en jornada larguísima pude llegar a tiempo , cuando aun temblaba la mayor de la espadaña, tocado el Angelus. Habia llegado justo a tiempo.
Doce mil doscientos pasos marcaba el reloj que me vigila la vida. Decidimos esta vez coger por intramuro para evitar volver a ver otra vez lo que ya se ha visto, tiramos por otro lado.
Es como esa rueda a tres bandas en el billar que evita la carambola , y ya no la jugamos por dentro, pues tiene mayor acierto por otro lado.
Ni siquiera le he preguntado como esta de la terrible alergia, no tengo los detalles que debería de tener, y al menos la pequeña Julieta ya me mueve el rabo.
No ha quedado nada por lo que manifiesta su interés, si me alimento sano, si bebo agua , si estoy mejor de la vista, si como nueces con cascaras, le he dicho que si, pero le he dicho que las pelo con un martillo.
Se ha interesado si pagué a los operarios del campo, si hicieron el trabajo, y yo le contesto que encontré un pantalón azul, si es que vamos a ir un dia a la playa. Dialogo ozores en vivo y en directo. En que pienso.
Caminamos por el laberinto del intramuro, calles por las que dice nunca había pasado, la llevo por caminos nuevos, y le iba describiendo mis recuerdos infantiles en un agradable paseo para acabar bajo la perfumada sombra de la jacaranda de la plaza de los Maldonados, donde se apresuró para entrar en el super, quería comprar nueces, tiene mas propiedades las de cascara.
Le pido me compre agua de Sierra de Cazorla. Tarda en salir la perrita se impacienta y no tengo chuche, por fin sale, trae varios bolsas, serán las nueces, en la mano agua de solan de cabras, y nada menos que de litro y medio, con lo pesa hasta casa, ella solo bebe del grifo.
Trae bandeja de frutas especialmente damascos, y la informo de las propiedades de los albaricoques en los hombres, a mí me gustan más los pequeños de la variedad amarilla,que quedan muy pocos árboles, igual que la ciruela botella que ya ni se ven, la dulce pera belleza de roma, que no quedan arboles , o el paraguayo de hueso duro, tan perecedero y desaparecido por los injertos y polinizaciones artificiales. Ya no hay fruta como antes, ni el tomate sabe a tomate.
Cierto que vivir solo te hace tener un gran desorden en la alimentación, pero al menos pongo cierto cuidado en elegir las que me pueden resultar beneficiosas aunque ya ni tiene sabores.
Así tomo cereza porque ayuda al sueño, y leche templada con valeriana también platano, no tomo carne, ni melón de noche. El tomate porque me gusta aunque ya no son como los de antes, y por aquello de que tiene buenos efectos en el hombre, por lo que me tiene interesado, como el ajo que tomo cuatro dientes al dia, y junto al damasco por sus valores benefactores del deseo, y cuando llega el verano, le digo,que me como hasta lo blanco de las sandias, pero no porque si o porque no, pero, y si, si.
Bueno el caso es que cuando le dije lo del blanco de la sandia le apareció la risa que era carcajada interior aguantando el paladar con la mano derecha, tronchandose de risa oculta pues al parecer, resulta que tengo la misma dieta que su cobaya, la macho, por cierto esta desetesticulado el pobre animal, y es que todo indica que ella le da igual, a su conejito, posiblemente para nada. Y es que comerse lo blanco tiene su merito. Tras la gran reja aun se advierte la risa contenida. ¿Qué estaría pensando?
Sevilla a 26 de Mayo de 2025-
Francisco Rodriguez
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