El desayuno
Coger mesa me llevó a llegar con suficiente tiempo al previsto, y tambien tenr que desayunar solo. Bien pensado podía repetir cuando llegaron, pero ya tres desayunos en una hora de nada servirían para el intento de perder peso.
Efectivamente nada más verle le reconocí, tenia aun la imagen de cuando era pequeño, recordaba al niño rubio que su abuela llevaba al mercado. No diré que esta igual, ya no es ningún chiquillo, pero su visage es aun hoy, después de tantos años, el que guardaba mi retina.
El desayuno con churros tuvo que repetirse cuando el sol empezaba a picar en la terraza, y así esperábamos el tiempo para caminar en la ruta que se había marcado.
Es una persona muy interesante aunque las conversaciones iníciales no fueron las más idóneas, pues a estas alturas que estoy a ajo y ashwagandha, sacar lo de la alfuzoxina y el ciprofloxacino, y aunque hiciera buenas recuperaciones con su toma a los indicados pacientes, e incluso como para que sus efectos secundarios acabe con la areata senil y de hecho hasta poder evitar el costoso viaje a Turquía, lo suyo era el pelo.
Llegar a la Alameda y hacerlo acompañados de su hija nos permite tener otros temas, estas Punta, son muy luchadoras, y es de admirar como se arriesgaron tan jóvenes al amor y al trabajo, a los hijos y a los negocios, a la casa y al hombre.
La bisabuela es el joyero depositario de los genes que transmiten por vía femenina, y a mí precisamente se me ocurre perder el regalo de plata de ley, lo mismo llega el oro que me reserva en su Fort Knox, y su hijo nos dice como colocarlo, y que no sea como el pinopuente gimnástico de cabeza en el suelo, que ya me contará como se colocan las piernas por lo alto, ni que sea como un extravío en satén rosa sin que exista forma de entrar y no tener perdida buscandolo y no encotrarlo, por lo que ni lo cuento. Es la economia de consumo.
Torpemente hoy he vuelto a no medir las palabras, que con normalidad utilizo, esas que a causa de lo que sea, no les gusta oírmelas, y no necesita explicar, pero es que en ocasiones me cuesta que mantenga, después toda una vida tan intensa, esa ingenuidad casi infantil que tanto me gusta, por más que crea que si, que capta mis bromas de viejito adolescente. Y lo sabe.
Sevilla a 18 de Mayo de 2025
Francisco Rodriguez Estevez
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