Furgo es furgo
Después de haber tenido la suerte de cantar en estreno
mundial el himno Eucarístico en el Altar Mayor de la Catedral de Sevilla, después
de haber estrenado también mundialmente el Himno de la Esperanza Macarena ,
la suerte me deparó estrenar “los paseos de Jane” en esta ciudad. Lo cual es
motivo para que afloren los nervios en el mejor deseo de que todo salga bien.
El caso es que, por suerte, las previsiones de los cincuenta
paseantes, sobre las setenta peticiones de asistencias, no se cumplieron, pues
ya me aterraba tener que explicar lo de la Encarnación a tal número
de personas, y en definitiva solo fuimos veintidós, que no está mal, es más
creo que es el numero idóneo para contar en un paseo como la ciudad devorándose
a si misma se transforma, y a través de la voz hacer ver lo que no existe, y
encima siendo un paseo al pasado. ¡Me ocurren cada cosa!.
El caso es que hablar de lo de la Encarnación , ni te
explicas tanto interés y por eso dejamos intencionadamente excluido el antiguo
mercado, y lo de las setas, lo comentamos muy de pasada, pues solo al final, en
la calle que definieron como la prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York, sinuosa
calle cubierta de esta sinergia del comercio, en la que finalizamos el recorrido,
el grupo, algo disminuido, tuvo información oficial de tres informes
demoledores. Cimentación, Costo-Demora, y Sentencia, amen del incumplimiento de
la Ley de
Accesibilidad, Ley de Patrimonio de Andalucía, y el propio Reglamento de
Mercados Municipales de la
Ciudad de Sevilla en vigor.
Así que el paseo entre anécdotas y poesía, con algún que
otro dato y fechas históricas, me dejó varias cosas por decir, pues después de
mas de una hora aun nos quedaba todo el Sudeste, y el Sur, y como no la fachada
Sur con la fuente de piedra, y la Diosa
Ceres , de la que con anterioridad había relatado el rapto con
el “trimax”. Esta anécdota que me falta la tenia para cuando la Plaza de Regina, donde
lanceaban toros, que en mi infancia era lugar ideal para jugar a la pelota.
Tenia una de color azul, era grande, botaba
descontroladamente, esto debió de ocurrir cuando tenia unos seis o siete años, ni que decir
tiene que ningún chiquillo tenia una pelota, menos del tamaño de esta.
En esta que, cuando fui a golpearla con la mayor fuerza, como hacían ellos, ocurrió que al mismo tiempo otro niño al que le decían “El Alí” al intentar darle la patada me la vino a dar en mi pierna derribándome, por lo que en mi protesta de dolor por el golpe, y de rabia por no haberle dado una patada a la pelota le protesté, y este me dijo, “Que quieres nota, el furgo es furgo” y de inmediato mi tía suspendió el encuentro de mi primer partido de furgo.
Me vino a la memoria pues recientemente ha desaparecido un
gran entrenador que se hizo famoso por esta frase que hace más de 60 años ya la
escuche decir. Posiblemente en estreno mundial.
Sevilla a 3 de Mayo de 2014
Francisco Rodríguez Estévez
No hay comentarios:
Publicar un comentario