Cuando aun solo era un enorme agujero, me llegó una señora
al enjaulante puesto del provisional, para
decirme, (posiblemente sabiendo mi actitud en este asunto) algo que ya se intuía
en lo que estaban haciendo en el solar de la Encarnación , a poco de
mirar aquello. Evidentemente su acertada apreciación, que también compartía,
era algo que no todos podían vislumbrar.
El caso fue que al cabo de unos años,( pues la demora
eternizó a la provisionalidad) tuvo a bien, quien es reconocido escritor y poeta,
ir a verme para hacerme una indicación al respecto, y que por supuesto no le
hice el menor caso, pues no venia a cuento considerar que escribir sobre lo de la Encarnación , según el,
era una perdida de tiempo.
No obstante me dejó el argumento para que escribiera otra de
mis cartas al director, durante aquel tiempo de fortuna en el que me las
publicaban casi todas, no así esta, que escribí para dejar testimonio de su sugerencia,
y que hubiera quedado en su magistral pluma de premio, pues venia a contar lo
que había anotado en un papelito que sacó de su bolsillo.
Una vez comentada las circunstancias de donde, como, quien y que era lo que había escuchado, me hizo
participe de tal nueva, que por vieja no vino a cambiar la que desde hacia
varios años teníamos por sabida, y no solo por aquella señora que comunicaba su
malestar con anterioridad, también el de
muchas personas en su pasar cerca de aquello, se les podían oír verdaderas
perlas, con tal parsimonia al hacer, como su atropellamiento en decir, que desvelándome
la anotación con tal secreto mas parecía un numero de magia. ¡Qué, canallada! Esa era la frase, ¡Que canallada!
Que decir, que después de mas de tres años de que el laberíntico
diseño de la plaza de abastos pusiera fin a la provisionalidad, y haber oído en
innumerables ocasiones lo del mamarracho, para calificar a esta plaza, e
incluso recordar a aquel deficiente mental que cuando vio como estaban
colocadas las puertas exclamo, ¡Ofú, que tontería!, hoy he tenido que volver a escuchar
lo de la canallada, tal como al principio.
Posiblemente la cosa tenga pocas soluciones, sin embargo ahora la canallada estaría en que
no se aplica ninguna de las posibles, al menos para mejorar esta extraña plaza
municipal de abastos, que de forma tan deficiente,( y no solo por las
aleatorias puertas que incumplen con la
Ley ) ni se acercó a lo dispuesto en el reglamento de mercados
de abastos municipales, cuando se llevó a cabo a ultranza por los responsables, y que decir de los irresponsables. Eso, que
decir.
Sevilla a 20 de Mayo de 2014-
Francisco Rodríguez Estévez
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