miércoles, 21 de mayo de 2014


En la mesa

 

Una nueva mesa para hablar sobre “El político ante el planteamiento urbano. El control de la legalidad”, después de la Sentencia del Tribunal Supremo.

Resultaba de interés saber, y así nos lo hizo saber el orador en su intervención,  que los técnicos en la administración tienen, a tenor de cuantas leyes, normas y reglamentos a los que atenerse, pues más que la propia responsabilidad, la gran dificultad en el acierto de su dictamen, ya que este servirá en la mayor parte de las veces como documento para la toma de decisión del político en la responsabilidad. Firma el Secretario.

De nuevo lo de la Encarnación, viene a demostrar lo caro que resultó el capricho, pues no haría falta técnico para evaluar la interpretación de algo tan simple como la Ley de Accesibilidad, que al menos esta es facilita, tal como pudimos saber de las que gustaba al propio Seneca, es decir que sea tan sencilla que pueda ser entendida por todos, y de esta forma se evitan las interpretaciones generalmente manipuladas a conveniencia.

La reunión fue de enseñanza en enseñanza, no solo supimos como estaba definido en otro tiempo el casco histórico de esta ciudad al objeto de impunemente poder llevar a cabo actuaciones en el caserío que de otro modo hubieran estado bajo sospechas, si no que aparte de un sinfín de artículos de leyes en el que el experto hacia gala de una excepcional memoria, pues como que, entre un gran numero de latinajos de los que se emplean en el lenguaje de los doctores en derecho, se nos ofreció una de las frases atribuida a Tácito, gobernador romano en la que venia a decir que cuantas mas leyes, mas corrupción.

En definitiva lo de la Encarnación, en la que existe la sentencia del Tribunal Supremo de la Junta de Andalucía, lo mismo ni se sabe, ni se sabrá, si en los procedimientos que puedan llevarse a cabo, al final de todo acaban encontrando solución y lo contrario, (cosa muy dada en estos líos del si pero no),  pero de lo que no existe duda es que esta actuación en el centro de la ciudad de Sevilla, cuando menos tuvo un concurso cuestionado, con unas ambiguas bases, un jurado representado, una adjudicación fallida, un concurso de construcción otorgado a la baja, mil modificaciones, un informe técnico calificando el proyecto de imposible, una excavación arqueológica en la que resulta inexplicable que donde los aparcamientos no estuviera la Procula Julia, donde los incrementos de los costos fueron desproporcionados, donde la demora no se ha penalizado, donde no se han buscados responsables, tal como solicita el propio Secretario municipal, donde la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía  ni se mira, y  la fuente mas antigua de la ciudad se la convierte en pileta.

Podríamos seguir pero como de lo único que tengo algún conocimiento es en plaza de abastos, en esto que cuesta llamarla plaza municipal de abastos,  que mas se hace laberinto, en la que aparte del diseño de ruina, le dejaron 36 enormes columnas para impedir la diafanidad de estos espacios públicos, donde ni le apareció la sostenibilidad para el ahorro energético, y la colocación de las puertas es den un grosero desconocimiento de los espacios comerciales, donde ni por asomo se tuvo un estudio de la aplicación de la luminosidad correcta, tanto en luz solar directa, como las deficiencias en la eléctrica.

Que decir de los materiales empleados, de su altísimo costo, y pésima calidad. Del color de los paneles del fenólico de un amarillo inadecuado, el poroso suelo de granito de difícil limpieza, de los olores, de los filtros y la nula renovación del aire, de los errores en las medidas de los mostradores, de la falsa uniformidad de los puestos, y  por que no recordar la reducción del numero de comerciantes en detrimento de un espacio que ni ha sido ni será nunca la prolongación de la 5ª avenida de Nueva York.

Pero lo que no tiene ninguna justificación es que con tantísimas gente alrededor nadie tuviera la ocurrencia de abrir el Reglamento de Plazas Municipales de abastos en vigor para echarle un vistazo, hubiera bastado eso, que por cierto tiene un articulado tan clarito que cualquiera lo hubiera entendido incluso en el propio Ayuntamiento. Tanto gobierno responsable de lo llevado a cabo, como la irresponsable oposición.

Por mas que el ponente tratara de explicar cual dificultoso es elaborar un informe para poder acatar todas la leyes, reglamentos y normas, en lo de la Encarnación es evidente que ni la comisión de placeros, nombrada al efecto estuvo a la altura, pues como era de temer todos tenían en mente, como ha podido comprobarse a posteriori, que no tenían mayor interés que en acabar aquello como fuera para salir de najas. ¡ A correr! ¿Pero..... y los informes?  

Lo mismo tampoco existe, por el momento,.la más mínima intención de llevar acciones paliativas, que permita la mejora de aquello en tanto en cuanto pueda alcanzar el dorado retiro, y no tengo que esperar que se acaben los plazos de apelaciones y recursos que evidentemente permitirán que el hecho consumado dure lo que dure, y como podéis imaginar, no lo resistiría.

Sevilla a 21 de Mayo de 2014

Francisco Rodríguez Estévez

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